No hay nadie en el mundo que tenga tan buena voluntad para hacer algo como los niños pues no existe en sus acciones un interés económico ni de ningún otro tipo; cuando quieren ayudar, ese es su único objetivo, y por supuesto, no hay que quitarles las ganas de hacer algo por los demás.
Todo comenzó cuando el tío de Pía, una poblana de apenas 6 años, estaba a punto de abrir su nuevo negocio en el que vendería tacos árabes; al notar que todo el mundo estaba emocionado con el emprendimiento, la niña se apuntó a las tareas diciendo que ella quería encargarse de atraer gente a lugar, pero lo haría vestida de taco, así que le pidió a Fabiola, su mamá que el hiciera un disfraz para el empleo.
Haciendo uso de toda su imaginación y sus habilidades manuales, Fabiolahizo una tortilla gigante de tela con la que envolvió a Pía y complementó todo con una peluca que simula tener carne molida.