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Coahuila

“Nos dio coraje que se matara”: Familiares de mujer asesinada

Por Staff / La Voz - 23 septiembre, 2020 - 10:29 p.m.
“Nos dio coraje que se matara”: Familiares de mujer asesinada

Fue el 23 de junio en el Ejido Balcones de Acuña cuando se ocurrió el feminicidio de Gabriela Reyna, luego de que tuvo una fuerte discusión con su esposo Juan Diego Hernández, quien en estado de ebriedad le arrebató la vida al dispararle en el abdomen.

Diego huyó hacia Estados Unidos y se mantuvo escondido en Coleman, Texas hasta que las autoridades americanas lo localizaron el pasado 16 de septiembre y al verse rodeado por los Texas Rangers, se suicidó de un disparo en la cabeza.

El final de la trágica historia ya tenía antecedentes de violencia doméstica, incluso Gaby era la responsable de mantener el hogar que compartía con Diego, pues éste no trabajaba y la obligaba con agresiones a llevar el sustento.

En entrevista para Periódico La Voz, Adriana Reyna, hermana de Gaby relató como eran los días de la mujer junto a Diego, en los que predominaba el maltrato.

“Era una relación muy mala, ya que Diego la golpeaba constantemente y la insultaba de la peor manera, la humillaba y rebajaba y como se embriagaba seguido, muchos de sus arranques terminaban en peleas domésticas, llegando hacer Gaby la mayor afectada de estás riñas”, explicó.

La familia de Gabriela sí sabía todo lo que ella pasaba, pero cuando le pedían que lo dejara, ella contestaba que no quería tener más problemas.

Gaby tenía un puesto de gorditas y cuando la iban a visitar, se percataban de que Diego no le ayudaba ni hacía nada en el negocio: “Mi hermana le pedía que fuera a traer lo que necesitaba para preparar los alimentos y él se enojaba, le contestaba que no estuviera chin…”.

Para no hacer la situación más complicada, Gaby se limitaba a decirles que no le dijeran nada, que lo ignoraran y no lo tomaran en cuenta, pero eso no disminuía las agresiones de Diego.

“A veces ella tenía mucha clientela y le pedía que la apoyara para atenderlos, pero a él le gustaba lucirse delante de la gente y la insultaba más, aumentaban las agresiones verbales para según él, dejarla como tonta”, detalló la entrevistada.

El día de la tragedia, los vecinos le llamaron a Adriana para decirle que habían escuchado la pelea entre la pareja, incluso los golpes, hasta que se oyeron los disparos.

Luego de dispararle a sangre fría en el abdomen, Diego huyó del lugar, Gabriela se quedó tirada en el piso desangrándose y aunque fue llevada de inmediato a la Clínica 13 del IMSS, los médicos nada pudieron hacer para salvarle la vida por la gravedad de las heridas.

Debido a que las autoridades no hallaban al asesino en la ciudad, la familia decidió publicar en redes sociales el ofrecimiento de una recompensa para encontrar a Diego y que pudiera ser procesado legalmente para pagar con cárcel el homicidio de Gaby.

Sin embargo, fue hasta casi tres meses después que se supo que el feminicida estaba en Estados Unidos al emitir la policía mexicana un boletín de búsqueda en Texas, al verse descubierto, se pegó un tiro en la cabeza.

Cuando la familia de Gabriela se enteró, les dio coraje y tristeza saber de la muerte del feminicida: “Nosotros nunca pedimos o le deseamos la muerte, pero queríamos que pagara con muchos años en la cárcel por lo que le hizo a mi hermana”.

Luego de la tragedia, Adriana Reyna señala que desafortunadamente hay muchos casos como los de su hermana que no son denunciados por las mujeres debido a que tienen miedo.

“Nosotros siempre hablamos con ella para que lo dejara, pero nunca pudo hacerlo, decía que bastaba con ignorarlo e incluso se molestaba porque le decíamos que no permitiera tantas agresiones, hasta que la mató”, finalizó.

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