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Opinión

La cosa es muy sencilla

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Por - 07 septiembre, 2022 - 10:46 p.m.
La cosa es muy sencilla

La cosa es muy sencilla: AMLO tiene agarrados por los uebos al tal Alito y a Rubén Moreira. Así se explica la insólita propuesta de esos dos priistas -que no del PRI- en el sentido no sólo de apoyar la ilegal militarización de la Guardia Nacional, sino además de alargar la presencia del Ejército en las calles. Ahora bien: nadie se escandalice por el uso que hice de aquel vocablo, uebos. La palabra viene en el diccionario de la Academia, y sirve para designar aquello que se necesita

Tanto Moreira como Alito necesitan el amparo de la 4T, pues ambos tienen, según pública fama, una cola más larga -y más fea- que la de un tlacuache. De ahí que los dos hayan llegado al vergonzoso extremo de hacer traición a su partido, a los otros con los cuales el PRI ha hecho alianza, y a sus propias convicciones, para sumarse como obsecuentes partidarios al caudillo de Morena y a una de sus ilícitas iniciativas militaristas. En los años en que el talento de Agustín Lara estaba en su apogeo las prostitutas de la calle de San Juan de Letrán, en la Ciudad de México, cobraban un peso por sus servicios. 

Las suripantas francesas percibían el triple “pog las tges cosas”. No he podido averiguar cuáles eran esas tres cosas, pero las meretrices locales se negaban terminantemente a incurrir en dos de ellas. “Somos putas, pero decentes”, aducían. El caso es que el Músico Poeta compuso su canción “Aventurera”, en la que aconsejaba a las musas de la noche: “Vende caro tu amor, aventurera. Y aquel que de tu boca la miel quiera que pague con brillantes tu pecado”. 

Las dichas señoras acogieron de buen grado la recomendación y empezaron a cobrar 2 pesos en vez de uno. Los indignados parroquianos de las daifas tildaron a Lara de traidor a su sexo por haber hecho esa inflacionaria sugerencia. Pues bien: todas las evidencias muestran que el tal Alito y el tal Rubén Moreira vendieron caro su amor a AMLO, quien si no les pagó con brillantes les ofreció quizá algo de mayor valor para ellos: impunidad. Y es que ambos tienen un expediente con más páginas que los Episodios Nacionales de Galdós o La Comedia Humana de Balzac. 

¿Habrá que preguntar también por qué Layda Sansores, la colorida gobernadora de Campeche, suspendió de la noche a la mañana sus ataques contra el descolorido dirigente nacional del PRI? ¿Sorprenderá que Moreira ponga los contactos que aún le quedan en Coahuila al servicio de Morena en la elección de gobernador el próximo año? Todos estos manipuleos ponen un clavo más al ataúd del PRI y aportan otros dos obsecuentes servidores al Presidente López. En fin: para ellos es preferible la indignidad que la Fiscalía. 

Vende caro tu amor, aventurera. Intentaré disipar con un lene chascarrillo la hedentina que despiden esas sospechosas transas. Varias patrullas policíacas irrumpieron de súbito en el Ensalivadero, solitario y umbrío paraje al que acuden por la noche las parejitas urgidas de emparejarse más. Tan repentina fue su llegada que ninguna pudo escapar en su automóvil. Uno por uno fueron los oficiales revisando a los ocupantes de los vehículos. Uno de los policías se percató de que un conductor llevaba consigo en la cintura una navaja grande. 

“Lo infraccionaré -le dijo- por tener en su persona un arma ofensiva”. Seguidamente se asomó a otro automóvil. En el asiento trasero se hallaba un hombre celebrando el antiguo rito natural con una mujer. Ésta, al ver al patrullero, lo llenó de tremendas maldiciones que no puedo repetir aquí, pues violaría la Ley de Imprenta. El policía le dijo al hombre: “Lo infraccionaré por tener en su arma una persona ofensiva”. 

FIN,

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