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Opinión

Día del padre… y fútbol

Oscar Rodriguez
Por Oscar Rodriguez - 18 junio, 2023 - 11:35 a.m.
Día del padre… y fútbol

Amables lectores, tengan ustedes un buen día.

Hoy se celebra el día del padre. Muchas felicidades a todos. Quienes hemos tenido la fortuna de tener un buen padre y hacemos el intento de serlo con nuestros hijos podemos valorar la recompensa que cumplir (o al menos pretenderlo) esta a veces no tan sencilla tarea nos otorga.

Hace exactamente un lustro (bueno, fue el 17 de junio pero me refiero a que también era el día del padre de aquel año y es por ello que relaciono esta celebración con el fútbol) la selección mexicana (ese equipo que en palabras de algún inspirado juglar “es en nuestra vida ansiedad, angustia y desesperación”) debutó en el campeonato mundial de fútbol celebrado en Rusia. Era la cuarta ocasión (estrictamente era la segunda, porque las primeras dos veces el equipo adversario había sido “Alemania Occidental”) en la que nuestro equipo representativo se enfrentaba a la poderosa escuadra europea a la cual incluso el campeón goleador del mundial de México 1986 Gary Lineker se refirió con estas palabras: “El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once y siempre gana Alemania”.

Y vaya que los teutones lucían como favoritos para el encuentro. Después de todo eran los campeones defensores del mundial anterior en el que lucieron sobre todo en la semifinal en la que derrotaron al equipo anfitrión (Brasil) por un contundente marcador de siete a uno. Además, el equipo mexicano con su director técnico Juan Carlos Osorio no había generado expectativas demasiado halagüeñas en sus partidos más recientes.

La selección mexicana había derrotado en marzo a su similar de Islandia por tres a cero, pero conviene recordar que en nuestro México hay más de cuarenta ciudades con una población superior al total de aquel país (unos cuatrocientos mil habitantes). Otros resultados obtenidos por nuestro equipo fueron: en el mismo mes de marzo una derrota ante Croacia por un marcador de uno a cero; en mayo un empate sin goles ante Gales y la despedida de nuestro territorio rumbo al mundial con un triunfo ante Escocia por uno a cero en la Ciudad de México y finalmente, una derrota ante Dinamarca en Copenhague con un marcador de dos a cero.

Dos décadas antes el enfrentamiento entre los equipos mexicano y alemán llevado a cabo en el mundial de 1998 en Francia había dejado en muchos de los aficionados la sensación de que se pudo haber logrado un mejor resultado. “Jugamos como nunca, pero perdimos como siempre” era una expresión que se repitió luego de aquella derrota por dos a uno en la que por poquito, como muchas otras veces ha sucedido, por muy poquito el balón no quiso entrar, o falló la puntería o faltó potencia en un disparo. Nuestra selección, dirigida por Manolo Lapuente se había puesto al frente en el marcador al inicio del segundo tiempo y luego tuvo un disparo al poste. Pero el equipo alemán se repuso y empató cuando eran casi los treinta minutos del segundo tiempo. Finalmente los germanos anotaron el gol del triunfo al minuto cuarenta. Ese resultado marcó la eliminación de nuestro equipo pero lo rescatable fueron los resultados de la primera ronda: dos empates y una victoria.

Otras dos décadas más atrás había ocurrido el primer enfrentamiento contra los alemanes. Alemania Occidental se presentaba como campeón reinante. La derrota ya estaba prevista y a nadie le cayó por sorpresa, pero resultó lamentable por la manera en la que se sucedieron los hechos. En el campeonato mundial de fútbol celebrado en Argentina en 1978 el equipo nacional se enfrentó a su similar de Alemania Occidental en el segundo partido de la primera ronda. Creo que la inesperada derrota sufrida por los nuestros unos días antes ante el equipo de Túnez en el primer juego de la eliminatoria causó un efecto muy desafortunado en el ánimo de los jugadores. A lo largo del partido contra los germano-occidentales era notoria la diferencia en el tema de la generación de situaciones de gol. Al final del primer tiempo la desventaja era de cuatro a cero. El marcador final fue de seis a cero y créanme que pudo haber sido peor. Recuerdo que hubo un disparo alemán que pegó en un poste y luego en el otro y se salió.

El otro encuentro que tuvieron estos equipos en mundiales fue en 1986. Oficialmente el partido terminó con empate a cero. México perdió en la definición en penales pero hubo un gol inexplicablemente anulado a Francisco Javier “el abuelo” Cruz. Otra vez por poquito.

Pero para cuando se celebró el mundial de Rusia el fútbol mexicano había obtenido entre otras cosas un par de campeonatos mundiales juveniles y la medalla de oro olímpica. Y sucedió lo sorprendente. La selección nacional mexicana obtuvo una victoria para abollarle la corona al equipo alemán.

Luego de aquel resultado pensé (ignorante del tema como soy) que nuestro equipo había por fin superado una especie de barrera (sobre todo mental) y que a partir de ese momento los resultados ante rivales de menor prestigio serían mayoritariamente favorables. Desafortunadamente el tiempo se ha encargado de mostrarme que cometí un error de apreciación. Hace unos cuantos días, nuestro equipo fue derrotado por su similar norteamericano. Y otra vez, lo desalentador no es tanto el “qué”, sino el “cómo”.

Espero que el juego de hoy ante Panamá tenga un resultado favorable para los nuestros.

Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.

Que tengan ustedes una excelente semana.

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