Amables lectores, tengan ustedes un buen día.
La semana pasada tres personas retiradas del ejército de los Estados Unidos testificaron ante un subcomité de la Cámara de Representantes de ese país vecino que desde hace décadas las autoridades norteamericanas han detectado sobre su espacio aéreo presencia de objetos que pudieran ser considerados como una amenaza para la seguridad nacional.
Los integrantes del subcomité solicitaron que el gobierno estadounidense establezca un sistema para que los reportes de este tipo de sucesos ante las autoridades puedan ser realizados sin dañar la reputación de los testigos que en muchas ocasiones son pilotos tanto militares como civiles.
Entre las declaraciones más sorprendentes sobresale la afirmación hecha por David Grusch, oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en el sentido de que las autoridades norteamericanas poseen tanto naves de origen extraterrestre como restos de sus ocupantes. Afirmó además que existe un programa para estudiar la tecnología extraterrestre a fin de copiarla utilizando para ello la llamada ingeniería inversa.
Sin embargo, todo parece indicar que aún no se han presentado evidencias que corroboren las declaraciones arriba mencionadas.
A partir de 1947 el fenómeno llamado por su acrónimo OVNI (Objeto Volador No Identificado) comenzó a ser observado con una mayor frecuencia. La industria cinematográfica no pudo verse sustraída a esta nueva tendencia y las cintas en las que se presentaban seres de otros planetas (como las de Flash Gordon de los años 30’s del siglo pasado) se multiplicaron a partir de la década de los años 50’s principalmente en las llamadas películas tipo “B”, es decir películas de bajo presupuesto.
En la vida real, a partir de la década de los 70’s surgieron los proyectos SETI (Search for Extra Terrestrial Intelligence, o Búsqueda de inteligencia extraterrestre) en los que se trata de encontrar evidencia de vida extraterrestre inteligente a través de el análisis de señales electromagnéticas capturadas en diversas instalaciones de radiotelescopios (como el ahora abandonado de Arecibo, en Puerto Rico) o mediante el envío de mensajes hacia diversos puntos del cielo con el propósito de algún día recibir una respuesta.
El 15 de agosto de 1977 un radiotelescopio de la Ohio State University recibió durante exactamente 72 segundos una señal de radio de origen desconocido proveniente de la zona oriental de la constelación de Sagitario. La computadora de la instalación en ese entonces contaba con 1 MB de disco duro y 32 KB de memoria RAM y tenía un software que convertía las señales recibidas por el radiotelescopio en una serie de caracteres alfanuméricos. A esta recepción se le conoce como “señal Wow!” y se han propuesto tres posibles explicaciones sobre su origen: 1.- la señal proviene de un satélite artificial, 2.- la señal proviene de un fenómeno astronómico y 3.- la señal tiene su origen en una civilización avanzada tecnológicamente.
En otro intento por establecer comunicación con alguna civilización ajena a nuestro planeta, hace un poco más de cinco décadas los científicos estadounidenses Carl Sagan y Frank Drake diseñaron una imagen (dibujada por la entonces esposa de Sagan, Linda Salzman Sagan) que fue grabada en un par de planchas metálicas las cuales fueron fijadas en las sondas Pioneer 10 (lanzada el 2 de marzo de 1972) y Pioneer 11 (lanzada el 5 de abril de 1973).
En esta imagen se muestra del lado derecho un par de figuras humanas, hombre y mujer junto a un esquema de las propias sondas Pioneer como para establecer una escala. Los cuerpos aparecen desnudos y las proporciones de los mismos están basadas en las obras de los antiguos griegos. Desde luego que hubo protestas pero en su libro “La Conexión Cósmica” el mismo Sagan comenta que en ningún momento se pronunció alguna “gazmoñería victoriana” por parte de la NASA y que en todo instante se les concedió gran ayuda y estímulo en este tema.
Entre el público hubo desde quienes protestaron por la exhibición de los cuerpos humanos al natural hasta cierto lector de un diario que se burló de sus opositores escribiendo que a la censura de las imágenes ya descritas debería añadirse una cigüeña junto con dibujos de Santa Claus, el conejo de pascua y el hada de los dientes.
A la mujer se le dio un aspecto físico delgado y en cierta forma rasgos asiáticos, pero como en su cabello solamente está dibujado el contorno a muchos les pareció una mujer rubia. Al hombre se le atribuyó nariz ancha, labios gruesos y corte de pelo “afro”. La figura masculina tiene su mano derecha levantada con los dedos extendidos en señal de que no tiene arma alguna (en muchas civilizaciones es una señal de paz) sin embargo hubo protestas porque hacía recordar el saludo nazi.
En la parte superior izquierda de la placa aparece un esquema de la transición del átomo de hidrógeno neutro. Luego aparecen unas líneas que parten de un mismo punto (nuestro sol) e indican la dirección de los púlsares más significativos cercanos a nuestro sistema solar y finalmente una representación pictórica del mismo (con las características que se conocían en ese tiempo, o sea que Júpiter, Urano y Neptuno aparecen sin anillos y Plutón aún era clasificado como planeta).
Se supone que una civilización con un cierto grado de avance en sus conocimientos científicos podría interpretar estos mensajes pero alguna vez me tocó escuchar una versión que afirmaba que ni siquiera científicos de nuestro planeta pudieron descifrar por completo este intento de comunicación.
Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.
Que tengan ustedes una excelente semana.
