Amables lectores, tengan ustedes un buen día.
Mañana lunes se cumplirán veintidós años del hecho conocido como “9-11”: el ataque a las Torres Gemelas.
Antecedente. El 25 de octubre de 1999 ocurrió un accidente de aviación en el que fallecieron seis personas, entre ellos el destacado golfista Payne Stewart. La aeronave (un Learjet 35) había despegado de Orlando, Florida y tenía como destino Dallas, Texas. Sin embargo, la última comunicación recibida por los controladores aéreos fue apenas menos de diez minutos después del despegue.
Luego de media hora de haber iniciado el trágico vuelo, un avión F-16 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos se acercó de tal manera que el piloto pudo realizar una inspección visual del Lear. El parabrisas se veía opaco, probablemente congelado. Aparentemente un desperfecto de origen no determinado en el sistema de suministro de oxígeno suplementario luego de una pérdida de presión en la cabina fue el motivo de que los ocupantes de la nave perdieran el conocimiento, de modo que el avión se mantuvo sin variar su dirección durante el resto de su vuelo hasta que se agotó el combustible y cayó en el estado de Dakota del Sur.
Según algunas versiones que surgieron luego del accidente, un par de aviones de la Fuerza Aérea escoltaron el Learjet por si fuera necesario evitar un mal mayor. Es decir, en el poco probable caso de que el avión pareciera amenazar con caer sobre un lugar poblado, las naves militares tenían la instrucción de eliminar dicha inminencia. Esto desde luego fue negado por diferentes funcionarios del gobierno.
Cuando apareció todo esto en las noticias me asombró la capacidad de respuesta ante eventos inesperados por parte de las diferentes instancias gubernamentales de nuestro vecino del norte. Pero el once de septiembre de 2001 fue diferente. Una serie de circunstancias ocurrieron en el momento justo de modo que se consumó el ataque terrorista.
Ahora bien. La palabra “Conspiración”. Del verbo latino spirare se derivan a nuestro idioma diversos verbos como: aspirar, respirar, suspirar, transpirar, inspirar, expirar y conspirar. Y spiritus es también cualquier soplo. Las bebidas espirituosas desprenden un sutil vapor. “Que es un soplo la vida”, diría Gardel. La palabra “conspirar” significa estrictamente “respirar juntos” y se aplica a un acuerdo entre varias partes para actuar contra una autoridad. En la actualidad se utiliza la expresión “teoría de conspiración” para referirse a acontecimientos de cierta importancia que suceden debido a la intervención (secreta en la mayoría de las ocasiones) de grupos de interés.
Revisemos algunos datos. La construcción de las Torres Gemelas terminó en 1973. La Torre Norte (WTC 1) tenía una altura de 417 metros mientras que la Torre Sur (WTC 2) medía 415 metros. Por un breve período fueron los edificios más altos del mundo.
A las 8:46 hora local del día del atentado, el vuelo 11 de American Airlines que iba a una velocidad de 710 km/hr golpeó la cara norte de la Torre Norte en los pisos 93 al 99. A las 9:03, el vuelo 175 de United Airlines que se desplazaba a unos 870 km/hr golpeó la cara sur de la Torre Sur en los pisos 77 a 85. En ambos casos se trataba de aviones Boeing 767. La Torre Norte resistió 47 minutos más que su gemela pero menos de dos horas después ambos edificios se habían derrumbado.
Fuera de Nueva York, a las 9:37, el vuelo 77 de American Airlines se estrelló contra el lado oeste del Pentágono y a las 10:03 el vuelo 93 de United Airlines se estrelló en un campo en Pennsylvania. En ambos casos se trataba de aviones Boeing 757.
Y las teorías de conspiración. Si ya había un plan de contingencia para derribar aviones que representaran peligro ¿por qué no se activó ese preciso día? Si las Torres Gemelas fueron golpeadas en pisos tan superiores ¿cómo fue que se derrumbaron tan rápidamente? De hecho, a este respecto hubo versiones que referían que aquello se parecía más a una demolición controlada que a la “versión oficial”. Además, se llevó a cabo una labor de limpieza inmediata que impidió realizar estudios en el lugar de los hechos. Cuando hay un crimen, generalmente no se permite tocar nada hasta después de que se han realizado las investigaciones pertinentes.
¿Y la Torre 7? Esta edificación tenía 47 pisos y medía 174 metros de altura. Aunque no fue golpeada por ninguna aeronave, se dice que los escombros arrojados por el derrumbe de la Torre Norte la lastimaron tanto que se tuvo que demoler. Lo asombroso fue que en cuestión de horas se llevaron a cabo todos los trabajos necesarios para dicho derrumbe. Esto ha contribuido para alimentar la teoría de conspiración respecto a que este edificio pudo haber sido el centro de operaciones de la operación completa del 9-11.
Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.
Que tengan ustedes una excelente semana.
