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Opinión

De política y cosas peores

Armando Fuentes
Por Armando Fuentes "Caton" - 10 mayo, 2019 - 11:28 p.m.
De política y cosas peores

CIUDAD DE MÉXICO .-Lorenzo Rafáil y María Candelaria se casaron en el rancho. La noche de las bodas él vio los pies de su flamante mujercita y le preguntó, asombrado: “Oiga usté, María Calaya: ¿por qué tiene los dedos de los pies tan abiertos y separados?”. “Pos no sé, Lorenzo Rafáil -respondió ella, apenada-. Será por andar en el lodo todo el tiempo”. A la mañana siguiente el mocetón le dijo con recelo a la muchacha: “Oiga, María Calaya: quiero hacerli otra pregunta”. “Usté dirá, Lorenzo Rafáil” -contestó, nerviosa, la muchacha. Inquirió el rural mancebo, amoscado: “¿Qué también estaba sentada en el lodo todo el tiempo?”. (No le entendí). En medio del sermón del cura un individuo se puso en pie y abandonó la iglesia. Acabada la misa la esposa del sujeto fue con el sacerdote y le dijo: “No vaya a pensar, padre, que mi marido se salió del templo por lo aburrido de su sermón. Lo que pasa es que es sonámbulo, y camina dormido”... Don Poseidón, rudo labriego, llevó a su hijo mayor a una cantina. Ahí le anunció que que lo enseñaría a beber sin embriagarse. Seguidamente le pidió al cantinero que les sirviera unas copas de tequila.

Después de haber bebido cuatro o cinco el muchacho preguntó con inquietud: “Padre: ¿cómo sabe uno que ya está borracho?”. Contestó don Poseidón: “Yo nunca bebo hasta embriagarme, hijo, pero es fácil saberlo. Por ejemplo, si en vez de aquellos dos hombres que están en esa mesa vieras cuatro, entonces sabrías que ya estás beodo”’. “Papá -aclaró el hijo-, nada más hay un hombre”. Dos amigas se encontraron después de mucho tiempo de no verse. Le preguntó una a la otra: “¿Qué está estudiando tu hija?”.

Respondió la otra: “No me lo ha dicho, pero creo que es algo relacionado con la hotelería”. Quiso saber la amiga: “¿Por qué supones eso?”. Respondió la otra: “Porque el otro día la oí decir que ya conoce todos los moteles de la ciudad”. Incontables especies animales del mar, del cielo y de la tierra están amenazadas de extinción por causa del hombre, el animal más peligroso del planeta. Los desechos industriales que arrojamos a los ríos van a dar al mar, cuyas aguas están ya contaminadas irremisiblemente y amenazan a las hermosas criaturas que habitan los océanos, lo mismo a la enorme ballena azul que al pequeño caballito de mar.

Los científicos han examinado los restos de peces que las olas han arrojado a las playas y han encontrado en ellos sustancias químicas cancerígenas que provocaron la muerte de esos seres. También nosotros los humanos estaremos condenados a extinción si no adquirimos conciencia de nuestros deberes hacia esta casa común, la Tierra. Afrodisio y Dulcibel se disponían a realizar el acto del amor. Pidió ella: “Apaga la luz”. Afrodisio cerró la puerta del coche. Babalucas llegó muy enojado a la tienda de mascotas. Lleno de indignación le dijo al propietario: “Vengo a presentar una queja. Compré aquí semillas para pájaros; las sembré y no salió ninguno”. La oficina de reclutamiento del Ejército se hallaba en un segundo piso, y el departamento de exámenes médicos estaba en el primero, inmediatamente abajo.

Cierto joven en edad militar no quería ser reclutado, y le dijo al doctor: “Estoy casi ciego”. El facultativo le revisó los ojos y no encontró en ellos ninguna deficiencia. No obstante, para estar seguro hizo que el presunto ciego se desvistiera todo y luego le pidió a una curvilínea enfermera que pasara frente a él meneándose provocativamente. Le preguntó al recluta: “¿Qué ves?”. Respondió el muchacho: “Nada”. Le indicó el médico: “Quizá tus ojos no vean nada, pero otra parte de tu cuerpo está apuntando directamente hacia la oficina de reclutamiento”

... FIN.

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