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“Soy un pelotero de FE” Domingo Castro Acosta

Eli Fuentes
Por Eli Fuentes - 09 febrero, 2018 - 04:13 a.m.
“Soy un pelotero de FE” Domingo Castro Acosta
Soy un hombre de fe y el trabajo fuerte es mi suerte Domingo Castro Acosta

“El beisbol es el deporte de las mil jugadas, de los esfuerzos y fantasías, un juego lleno de emociones que te hacen estar al filo de la butaca, un mundo aparte”, señaló Domingo Castro Acosta, un jugador que a sus 37 años, sigue sorprendiendo a la Liga Mexicana de Beisbol.

Originario de Guasave Sinaloa, el pelotero hijo de Arnoldo Castro Muñoz y María Rita Acosta, nació prácticamente con un bate y guante en la mano. A sus seis años inició en ligas pequeñas con el club San José de su ciudad natal.

Destacó siempre como deportista nato desde las infantiles, Domingo Castro Acosta tenía un perfil prometedor en dicho deporte, conforme pasaba el tiempo seguía con sus estudios y al llegar a secundaria fue convocado al selectivo de 14 años.

El torneo fue en Mazatlán, todo el esfuerzo y trabajo se vieron reflejados en el campo, lo que le permitió ser visoreado por el scout Juan José Hernández.

A raíz de su excelente desempeño comenzó un seguimiento que le permitió regresar un año después a otro torneo en Mazatlán donde tuvo el acercamiento directo para viajar a Guamúchil Sinaloa a try-out, que le permitió ser firmado en 1998 con los Tigres Capitalinos.

Su padre dudó en autorizar que se fuera, ya que para él, lo primero era el estudio.

“Mi padre tuvo duda de dejarme ir, ya que él quería que terminara mi preparatoria, en eso la directiva de Tigres informó que yo seguiría estudiando en la academia de ellos, fue muy difícil seguir haciendo las dos cosas, así me fui por el camino del beisbol sabía que no era fácil pero lo lograría”.

Con sus estudios truncos partió después de su firma, para a los 18 años tomar su primer turno en Liga Mexicana, su debut en el año de 1998. Cuando todo parecía no ir en un buen sentido, el pelotero nunca perdió la fe aunque no fue seleccionado para estar en el primer equipo, ya en el año del 99, se estuvo preparando entrenando el triple para estar en la mejor forma.

Durante un torneo invernal la suerte y el fruto del esfuerzo llegó en éxito.

“El entrenamiento se había convertido en una gran fortaleza, en una Liga Invernal Duranguense, jugamos en contra de la sucursal de Acereros del Norte, ahí me vieron jugar, mi talento me ayudó, la organización azul hizo lo posible por concretar mi cambio y lo lograron.

Llegué a Monclova en el año 2000, mis primeras dos temporadas no fui un jugador titular, era turnado con Irving Valenzuela, después con Héctor Guisar titulares indiscutibles en aquellos años de la furia”.

Al cabo de tres temporadas el parador en corto Domingo Castro Acosta cumplió su sueño de ser titular indiscutible con la novena azul, donde permaneció como icono del equipo durante siete temporadas después de su llegada. Para posteriormente salir en el 2009 del equipo.

“Tuve muchas experiencias muy bonitas con Acereros, batallé al inicio para acoplarme, era un jugador en plena juventud, a los aficionados de Monclova le tocó verme jugadas que ni yo mismo me creía, yo me apasioné al grado de amar a los aficionados como a la ciudad misma, me siento todo un monclovense, aquí conocí al amor de mi vida Cindy de Hoyos además donde llegaron mis dos amores Victoria e Isabella.

Tantas temporadas de entrega se podría decir que mis mejores años, cuando me llega la baja del equipo, rompimos en llanto mi esposa y yo pero esto lo vimos como un cambio para bien para luego llegar a Broncos de Reynosa para estar cinco temporadas.

De ahí pasé a Rieleros donde solo permanecí tres grandes temporadas, luego emigré a Piratas de Campeche, estuve el 2017 y espero regresar este año primeramente Dios, casi todas las veces estuve como titular.

“En Campeche no fue así llegué como suplente y terminé defendiendo la segunda base como indiscutible”.

Los logros para Domingo, han sido grandes, fue bicampeón con Venados de Mazatlán en la Liga Mexicana del Pacífico, con la oportunidad de representar a México en la serie del Caribe.

Además fue campeón en los años 2004, 2005, 2006, también con una grata experiencia de haber participado en cuatro juegos de las estrellas en la Liga Mexicana de Beisbol. El último y más reciente fue en 2016, se posicionó en el quinto lugar de bateo general de LMB, con un porcentaje de .333 conectando 141 imparables y jugando para Rieleros de Aguascalientes.

Además formó parte de una de las mejores novenas de Acereros en aquel año del 2008, bajo el timonel de “Chico” Rodríguez, en la receptoría estaba Saúl Soto, primera base Jesse Gutiérrez, segunda Héctor Garanzuay, tercera Ismael Salas, short stop el mismo Domingo Castro, en los jardines, Leo Arauz, Donzell McDonald, Gonzalo Meza y el lanzador Nerio Rodríguez.

La experiencia habla por si sola en el pelotero experimentado, a sus 37 años sigue entregando grandes cosas.

“Lo que me ha ayudado a seguir vigente y entregando un buen beisbol ha sido encomendarme siempre a Dios, estar feliz con mi familia para de ahí partir a trabajar duro, tengo tres sesiones de entrenamiento al día a pesar de que no esté en Campeche en estos momentos.

Eso me hace mantenerme en buena forma, de ahí viene el éxito y todo esto combinado con la experiencia me hace ser inteligente ante los lanzadores a los que me enfrento, aunque hubo uno al que no le bateaba de manera seguida, Sergio Lizárraga que jugara para sultanes”.

El experimentado pelotero piensa permanecer tres temporadas más en la Liga Mexicana de Beisbol si el factor salud se lo permite, una vez retirado piensa montar su propio negocio de comida en mariscos, además de abrir una academia de beisbol y dedicarse a transmitir todos sus conocimientos.

Ya que él está negado a colgar el guante y bate en un armario, Domingo Castro Acosta envía un mensaje a todos los jóvenes peloteros que sueñan con ser profesionales.

“La base principal es el esfuerzo, dedicación en el trabajo sobre la disciplina, pero ante todo la humildad es la base del éxito, no piensen que por que han sido firmados por una organización ya lo tienen todo. Para nada eso es apenas el inicio de un gran camino por recorrer, si entrenan dos horas ahora háganlo cuatro, deben de poner siempre el extra para llegar al camino del triunfo”.

El camino no termina para el pelotero que aún piensa entregarse un tiempo más al beisbol profesional, pero deja un agradecimiento a todos aquellos que lo han apoyado. “Quiero dejar un agradecimiento a todas las personas que me han ayudado, desde mi familia, amigos conocidos, a todos los que han puesto un granito de arena en mí, en especial a mis hijas y esposa que han sacado ese extra en mí para yo seguir jugando pelota al 100%.

A los que han entrenado conmigo aquí en el parque de beisbol infantil, a Mundo Arauza, Rogelio Sepúlveda, Óscar Garza, todos ellos muchas gracias por darme apoyo en batearme rolas, elevados, etc. Y a todos los que se interesan en mi carrera, a ustedes en especial por darme este espacio para que los aficionados conozcan mi carrera a detalle, un fuerte abrazo para todos”.

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