Movidos por la fe, los integrantes de la familia Briones caminaron durante más de dos horas y media hacía el Santuario de Guadalupe en donde entonaron cantos a la Virgen María agradeciéndole por las bendiciones que han recibido. Una tradición que hijos, nietos y bisnietos seguirán.
Edmundo Briones Carrizales de 80 años es el jefe de familia, tenía apenas 16 años de edad, cuando llegó a la basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, desde que entró sintió una conexión, una emoción en el corazón, allí empezó su fe. Durante toda su vida ha tenido trabajos peligrosos por lo que siempre se ha encomendado a ella, pidiéndole por su seguridad y su salud, esta fe fue heredada a sus hijos, nietos y bisnietos que veneran y respetan a la morenita del Tepeyac.
Don Edmundo fiel creyente de la Virgen de Guadalupe.
Durante 4 años consecutivos han hecho esta actividad, desde las faldas del Cerro de la Gloria salen a temprana hora, recorren una larga distancia durante más de 2 horas, no hay agotamiento, ni cansancio, nada les impide hacerlo para agradecer a la virgen.
En esta ocasión contaron con el apoyo de Protección Civil, Seguridad Pública y Paramédicos que los escoltaron durante todo el camino por si llegaban a necesitar alguna atención.
“Tengo más de 80 años, 12 hijos, 4 más que crie, somos más de 100 integrantes en mi familia contando bisnietos y tataranietos y todos creen en mi Virgen Santa”, comentó Don Edmundo.
El fiel creyente siempre porta su bastón que significa el mando con su familia para guiarlos, educarlos y llevarlos por el camino del bien, les enseñó a no tener miedo a nada ni a nadie porque allí está Dios y su madre la Virgen María para cuidarlos.
Caminaron mucho para llegar al Santuario de Guadalupe.
“Yo les he dicho, cuando nos agobia la pobreza, siempre salimos adelante, por eso le digo al Pueblo de México que habiendo fe en ella no hay porque temer a nada”, señaló.
Cuando llegó al Santuario de Guadalupe fueron recibidos por el padre que bendijo a la familia, aunque faltaron muchos integrantes Don Edmundo y su esposa Francisca Rodríguez Yáñez se sentaron justo frente a la virgen y allí durante un largo tiempo le agradecieron.
Una de sus hijas, Blanca Estela Briones Rodríguez es fiel devota, la habían desahuciado pidió con mucha fe, le iban hacer una cirugía en la que le retirarían el riñón, ya en el quirófano se entregó a ella, después le dijeron que no tenía nada.
La familia Briones es fiel creyente de la Virgen de Guadalupe que han hecho todo una tradición este 12 de diciembre para poder visitarla y agradecer todas y cada una de las bendiciones recibidas durante todo el año.
