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Coahuila

Pesa la cuesta de enero

Staff / La Voz
Por Staff / La Voz - 10 enero, 2018 - 02:40 a.m.
Pesa la cuesta de enero
Comerciantes ofertan sus productos en la banqueta.

SABINAS, COAHUILA.- Al iniciar el primer mes del año, los ciudadanos traen consigo también marcado en el subconsciente que se trata de la ya famosa cuesta de enero, que se caracteriza por ser un período donde se viven extremos, ya que por una parte, se presentan aumentos en productos y servicios, en algunos casos descuentos institucionales motivan a los ciudadanos a pagar a tiempo impuestos a cambio de regalos.

Luego de los gastos de las festividades del pasado mes de diciembre, donde se invirtieron en su gran mayoría los incentivos económicos de ley como el aguinaldo, y en el caso de algunas empresas que también duplican el ahorro de sus empleados, aquellos que planearon su gasto, tal vez enero represente una oportunidad para ahorrar dinero logrando descuentos en el pago de impuestos y otros productos, mientras que para aquellos que simplemente gastaron, enero efectivamente es una pesada cuesta donde simplemente no tendrán para pagar, al menos en el corto plazo obligaciones fiscales, derechos vehiculares, inclusive, reinscripciones en instituciones educativas para sus hijos.

El reflejo de la cultura del gasto en compras innecesarias, se denota por ejemplo en las casas de empeño, donde los clientes empeñaron especialmente productos electrónicos, como teléfonos celulares, tabletas, computadoras y recientemente de moda, bocinas wifi de todas capacidades.

Para el pastor de la iglesia Asambleas de Dios Ramiro Vázquez Pérez, el presente mes de enero representa siempre un reto, sobre todo por las alzas naturales que se dan especialmente en los combustibles, recordando que en enero del año pasado aumentó significativamente la gasolina, mientras que apenas en diciembre pasado el aumento fue al gas doméstico.

“Enero es siempre un mes difícil, sobre todo para las personas de escasos recursos, puesto que con el aumento a combustibles aumentan también los alimentos que consumimos, la canasta básica, en donde no se tiene ya un control verdadero, y de allí que se agrave la situación para estas familias”, dijo.

Vecina de la colonia Jorge B. Cuéllar, la señora Martha Ruiz Escobedo reconoció que cada inicio de año es siempre una constante lucha, ya que como ama de casa conoce el gasto que semanalmente hace para adquirir alimentos, cuyos precios los controlan las marcas comerciales, lo cual la obliga cada vez más a comprar menos, siendo poco posible ahorrar dinero.

“Si no es una cosa la que aumenta es otra. Y aumentó el gas, y según dicen la luz también vendrá con un aumento. Estoy esperando con inquietud el próximo recibo de la Comisión Federal de Electricidad; generalmente pago entre 450 y 500 pesos, y la verdad ahora no sé cuánto será.

La señora Martha Ruiz Escobedo reconoció que las cosas han cambiado mucho para los ciudadanos en cuanto al uso de la energía eléctrica en diciembre, pues no sucede como antaño que la mayoría de las familias adornaba las fachadas de sus domicilios con luces de colores, ahora son escasas las que se animan a hacerlo y no por falta de ganas, sino por falta de dinero.

El primer aumento notorio que resintieron miles de ciudadanos fue el de la tarifa del transporte colectivo combis, que se hizo efectivo a partir del uno de enero. La señora Juanita Oyervidez Sánchez, refirió que este aumento afecta, pues aunque es un peso solamente, en la semana y mes representa un gasto que no se equipara con el salario de los trabajadores que no aumenta en proporción cada año.

Confiar en el gobierno ha sido siempre la constante que piden aquellos que lo encabezan, y que constantemente solo atinan a reconocer que es el aumento en precios de combustibles y alimentos la única solución, afectando siempre a los ciudadanos, así lo reconoce el señor Juan Torres Romero que cuestiona el porqué es siempre el ciudadano el que debe pagar las consecuencias.

“Yo creo que quienes están en el Gobierno deben se buscar otras soluciones, puesto que simplemente aumentan precios y ya, eso cualquiera lo puede hacer. Es necesario cambiar las cosas, y creo que la solución está en erradicar la corrupción, si no hubiera esto, no habría necesidad de aumentar nada, pero somos siempre los mismos los que pagamos todo”, dijo.

Torres Romero, refirió que aunque en el papel existen instituciones como la Procuraduría Federal de Consumidor (Profeco), en la práctica no controla ningún precio, ni se sanciona a quienes no cumplen con lo que deberían, citando como ejemplo el caso del precio de las tortillas de maíz, que en algunos casos llega a ser de 19.00 pesos el kilo, permitiendo que comerciantes vendan 800 gramos o menos en 15.00 pesos.

“Por qué permiten esto? ¿Por qué nadie hace nada?... “Creo que todo es corrupción, que en definitiva también tenemos la culpa los ciudadanos que lo permitimos” dijo.

En contraparte, comerciantes que se vieron beneficiados con ventas favorables el pasado mes de diciembre, actualmente continúan ofertando sus productos inclusive en banquetas, como parte de su estrategia ya que para ellos el pago de impuestos es una constante, así como el pago de las prestaciones y sueldos a empleados.

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