“No hay peligro de que intente escapar”, prometieron los abogados, así como tampoco pasará información ni mensajes a su esposa.
La razón de la petición es porque la salud “mental y emocional” de Joaquín Guzmán se ha deteriorado tras 22 meses de encierro en régimen de estricto aislamiento.
“Es bien sabido que tiene un efecto negativo en la salud mental de una persona”, razonaron sus abogados, apuntando que, si sigue deteriorándose, podría causar problemas en su habilidad de defenderse en el juicio.
Este miércoles empieza la que se espera que sea la última jornada en la selección de las doce personas que integrarán el jurado popular que juzgará a “El Chapo” en Nueva York, y que deberán decidir si es culpable o no de once delitos, entre ellos narcotráfico y lavado de dinero.