CHICAGO, EU.- Con tres días de descanso, Corey Kluber hizo lo de costumbre y algo más.
El derecho ponchó a seis y permitió sólo una carrera en seis entradas, además de que pegó el batazo que le dio el liderato definitivo a los Indios, que vencieron anoche 7-2 a los Cachorros y se pusieron a una victoria de su primer título de Serie Mundial desde 1948.
Si en el Juego 1 salió avante con su recta de dos costuras y el sinker, ayer Kluber dominó con sus lanzamientos rompientes, ya que cinco de sus seis chocolates llegaron gracias a la curva o el slider.
Chicago tomó ventaja desde el primer capítulo con un sencillo productor de Anthony Rizzo; sin embargo, Cleveland respondió rápido en un segundo inning que marcó el rumbo del encuentro.
Carlos Santana abrió el rollo sobre John Lackey con un jonrón por el jardín derecho que empató los cartones, pero con uno fuera, Kris Bryant hizo un tiro malo a la primera base a batazo de Lonnie Chisenhall, que le abrió la puerta a la tribu.
Roberto Pérez fue dominado con rola para el segundo out y Tyler Naquin recibió boleto intencional para que llegara al plato Kluber, quien pegó un roletazo lento por la antesala, que tomó Bryant, aunque su disparo a la inicial, otra vez, fue errado, lo que le permitió a Chisenhall descolgarse desde la intermedia con la rayita del despegue.
En el tercer acto, Francisco Lindor remolcó la tercera anotación con hit y el propio Chisenhall mandó al plato la cuarta con elevado de sacrificio en el sexto.
El golpe definitivo lo propinó Jason Kipnis, quien atizó un vuelacercas con dos a bordo en la séptima entrada para sellar el triunfo.
El mánager de los Indios, Terry Francona, se dio el lujo de utilizar a Andrew Miller por dos innings con un liderato de seis rayitas, y aunque al zurdo le timbraron la primera carrera en la actual postemporada (17 innings) con bambinazo solitario de Dexter Fowler, también llegó a 29 abanicados, récord de un relevista en Playoffs.
Hoy, la esperanza de los Cachorros se llama Jon Lester, quien en el primer duelo sufrió su primera derrota en cuatro salidas (3-1) de por vida en el Clásico de Otoño.