Karmina Gómez / la voz
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La exposición “Pueblo Nuevo: Memorias efímeras en la arena” inaugurada el pasado viernes del pintor Ramiro Calderón ofrece en la Sala 3 del Museo Coahuila y Texas un excelente rincón de arte para aquellos que están interesados en apreciar la obra de artistas de la región.
Ramiro Moreno Calderón
En la antigua congregación del Rosario, hoy Lamadrid, Pueblo Mágico por excelencia, lleno de leyendas y anécdotas familiares, que conforman el imaginario popular, nació un 30 de julio de 1953, Ramiro Moreno Calderón que por el paso del tiempo y por circunstancias un tanto cuanto adversas se convertiría en artista plástico, pintor.
Toma clases pintura con la maestra Pilar Ruiz, luego va a estudiar su preparatoria en el Ateneo Fuente y en la Escuela de Derecho de Saltillo. El artista Ramiro Moreno, nace al comenzar a pintar como terapia luego de sufrir un aneurisma cerebral en 1986.
El futuro pintor, niño inquieto y observador empieza a guardar en su memoria las calles, las personas que por ellas transitan y conviven, se alegran y sufren, le dan forma y color al diario existir.
Se dice autodidacta, aunque su arte se ha nutrido en diversos talleres de Artes Plásticas de Monclova: IMSS, AHMSA, Puerta Morada, y en el Museo Coahuila y Texas.
Para Ramiro, que llega al Taller de Artes Plásticas “Puerta Morada” casi desde sus inicios y del que ya es parte importante, desde hace más de 25 años, volver al pueblo de sus inicios es volver a la fuente primaria de donde es posible observar inspiración renovada, de aquel viejo lugar del que siempre es posible encontrar algo nuevo.
Inauguaración “Pueblo Nuevo: Memorias efímeras en la arena” del artista, Ramiro Moreno Calderón.
Esta exposición maneja la exploración visual del artista que busca dar vida con sus personajes. Ramiro dibuja con mil colores.
Su obra la presenta en formatos pequeños, óleos, acrílicos, acuarelas y grabados; es dueño de un fuerte estilo que trabaja con pinceles duros, secos como palos, con colores que suele no mezclar; Ramiro ha desarrollado su fábula personal, plena de anécdotas, donde refleja las costumbres y la vida de los personajes de los pueblos del norte así como sus carencias y limitantes, tanto físicas como éticas.
Sus cuadros están llenos de juegos de un humor negro, que sólo puede ser tratado desde la misma silla o bastón de quien no puede caminar, de quien se esfuerza para hablar, de quien da la batalla en la vida. Ramiro nos inventa un lugar en donde suceden todos sus cuadros: Pueblo Nuevo, una galería por donde deambulan sus personajes, que somos nosotros mismos, espectadores de su obra, vistos dentro de un espejo o cajita mágica que da vida a un mundo inagotable de fantasía.
Su obra se ha expuesto incontables veces en Monclova, en el Taller de Puerta Morada, en el Museo Coahuila y Texas, Sala de Cultura del ISSSTE, CONALEP, UPN, UANE; en Torreón, San Pedro de las Colonias, Ciudad Frontera, Cuatro Ciénegas, Candela, Ocampo y especialmente en su natal Lamadrid, donde lo nombraron ciudadano distinguido en donde, Ramiro Moreno es todo un personaje de su propia mitología.
Hoy Ramiro se reinventa, se redescubre en esta obra realizada de manera digital, sus mismos monos, sus mismos animales minusválidos que representan la vida del pintor, travieso y patadura en la que se refleja como espejo. Ramiro Moreno nos ofrece, para quien quiera verlo, algo más que una serie de coloridos cuadros, nos ofrece un renacimiento continuo, una lección al inventarse una segunda y una tercera vida.
Ramiro Moreno pinta a la sombra de sus nogales en el huerto de la casa paterna en Lamadrid, llevando en su mano izquierda un raído y colorido bastón: su fiel compañero.
Agradecimientos a Marisol Lara y Jesús Guajardo de Taller de Artes Plásticas “Puerta Morada” por la información proporcionada.
El artista Ramiro Moreno, nace al comenzar a pintar como terapia luego de sufrir un aneurisma cerebral en 1986.
