El presidente de
Rusia,
Vladimir Putin, trató de aligerar el ánimo en una conferencia de prensa posterior a la cumbre con el líder estadounidense Donald Trump el lunes lanzándole un balón de la Copa del Mundo de fútbol.
Trump había felicitado a su homólogo por su exitoso papel anfitrión de la competencia en
Rusia, que llegó a su clímax el domingo, un día antes de la cumbre de Helsinki.
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Enfrentándose a una andanada de preguntas sobre la guerra de Siria y el presunto rol de
Rusia en la victoria electoral de Trump en 2016, ambos hombres rompieron en sonrisas mientras el jefe del Kremlin entregaba el recuerdo.
"Hablando de tener el balón en nuestra cancha en Siria", dijo
Putin, en un cambio de tema incómodo. "El presidente Trump acaba de mencionar que hemos concluido con éxito el
Mundial de fútbol".
"Hablando de fútbol, en realidad, señor presidente, le daré la pelota y ahora el balón está en su cancha, y más aún porque Estados Unidos será sede de la Copa del Mundo en 2026.
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Trump alegremente
le devolvió el cumplido, diciendo que esperaba que Estados Unidos fuera el anfitrión de una competencia igualmente exitosa, y prometió darle la pelota a
su hijo Barron de 12 años.
El intercambio pareció divertir a los dos líderes, pero no cayó tan bien en Washington, donde muchas figuras de ambos lados del espectro político sintieron que Trump había confiado demasiado en las negaciones de encubrimiento de
Putin.
"Si fuera yo, verificaría el balón de fútbol por dispositivos de grabación y nunca lo permitiría en la Casa Blanca" dijo el hábil senador republicano Lindsey Graham en Twitter.
En un incidente separado, poco antes de que los presidentes llegaran a la conferencia de prensa, un aparente manifestante fue arrastrado por la seguridad con un cartel que hacía referencia al tratado de prohibición de pruebas nucleares.
