Las diferencias entre Obama y Trump van mucho más allá de reformas políticas y presencia en medios de comunicación. Los gustos del ex presidente y los del actual mandatario de la nación más poderosa del mundo son tan desiguales, que incluso se reflejan a la hora de comer.
Barack y Michelle Obama se ganaron la reputación de ser la pareja presidencial que más restaurantes visitó en Washington, y comían de todo. Desde restaurantes de comida rápida como Ray’s Hell-Burger hasta el elegante Citronelle, del chef Michel Richard, pasando por 1789, restaurante ubicado en el 1226 de la calle 36 al que Obama invitó a Angela Merkel.
Por otro lado, Donald Trump ha confesado ser amante de la comida rápida, especialmente de McDonald’s, KFC y Wendy’s, pues asegura que estos alimentos están libres de cualquier tipo de contaminantes….
De acuerdo a Fox News, Trump también está obsesionado con las calorías y los carbohidratos, por ejemplo sólo se come los ingredientes y el queso de la pizza y jamás toca la harina.
Estas diferencias también estuvieron presentes en los menús de su cena de inauguración. Obama eligió un platillo inspirado en el invierno y el bicentenario del nacimiento de Abraham Lincoln que consistió en estofado de callo de hacha, langosta y camarones a la crema, y pastel de manzana con canela para el postre.
Mientras que Trump eligió langosta de Maine y camarones del golfo servidos con salsa de azafrán y cacahuate, carne tipo Angus con chocolate oscuro y sufle de chocolate con helado de vainilla y cereza para el postre.
Sobre los alimentos favoritos, sabemos que Trump es fan del pastel de carne, especialmente del de su hermana Maryanne, y Obama prefiere las hamburguesas con queso, aunque cuando está en casa Michelle cambia la carne molida por hamburguesas de pavo.
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