Los Acereros de Monclova lo contrataron a prueba y desde entonces ha alegrado la vida de miles, como lo ha hecho desde hace 3 temporadas en Zapopan, con los Charros
México.- La única condición que pone Ricardo Covarrubias para dar una entrevista es que si se van a hacer fotos o videos, sean con su traje completo de Monkey, que se ha convertido en un favorito del público en Zapopan.
Covarrubias tiene más de 24 años disfrazándose del Monkey, en los cuales ha buscado lograr un objetivo: que los aficionados saquen todo el estrés con el que cargan durante el día, aseguró Covarrubias en una divertida sesión con CANCHA.
"Jugamos, interactúo con la gente, disfrutamos y gozamos y a la vez aventamos todo el estrés de la vida; a veces, nosotros como deportistas profesionales, llegamos con problemas y más yo, que soy una persona que tengo que alegrar a la gente, hacerla reír, que no es fácil; pero es mi trabajo, yo tengo que hacer que se vayan contentos: pagaron un boleto y tienen que disfrutar por lo que pagaron", mencionó.
La irreverencia de Covarrubias cuando se mete en el personaje del Monkey es lo que lo ha hecho tan duradero, considera.
"La gente viene a divertirse, si yo fuera un personaje delicado, no creo que hubiera durado estos 24 años de carrera en mi profesión. Los aficionados vienen al estadio a alegrarse, alegrar a su familia y disfrutar, porque es un espectáculo, y el que ofrecemos es de primer nivel, ellos tienen que irse encantados de nuestro trabajo, de pagar un boleto ya sea barato o caro, pero que valga la pena, que sea vayan felices".
La aventura de ser el Monkey comenzó en 1992, cuando un equipo de basquetbol de San Luis Potosí lo invitó a darle vida al personaje, luego de que varias personas habían fallado.
“Antes de esto yo era maestro de educación física e instructor de futbol soccer, a mí me hicieron una oferta para bailar nada más, que si me podía meter en el traje y lo tomé, era un acuerdo de bailar, lo demás lo he sacado yo espontáneo, no es nada preparado”.
La personalidad del Monkey es la viva imagen de cuando Covarrubias era niño.
“Parte de mi vida, mi niñez, el tremendo Monkey, como se comporta, como vive los juegos y los disfruta es como yo era cuando era niño, fui muy vago, callejero, una persona muy hiperactiva, necesitaba estar moviéndome, era muy inquieto”.
Con la llegada del milenio, recibió una invitación para ser la mascota de los Diablos Rojos, donde estuvo solo 3 años y le dieron las gracias, pero los Acereros de Monclova lo contrataron a prueba y desde entonces ha alegrado la vida de miles, como lo ha hecho desde hace 3 temporadas en Zapopan, con los Charros.
SUEÑA CON SER DT
Algún día, Ricardo Covarrubias tendrá que dejar en el armario su traje de gorila, pues el popular Monkey ya sueña con la actividad que le gustaría realizar.
“Me gustaría más adelante, en unos 5 o 10 años más, hacer la carrera de director técnico y manejar a un equipo de Primera División, tengo el carácter, la preparación y sería un cambio que haría en mi vida, profesionalmente y que el futbol soccer necesita un cambio en México”, declaró Covarrubias.
El Monkey ha vivido casi la mitad de su vida en los diamantes, pero una de sus grandes pasiones es el balompié.
“Hay un equipo con el que yo me encariñé hace unos años: las Chivas, cuando jugaba Benjamín Galindo, es el ‘Maestro’, para mí es el mejor jugador de México, Hugo Sánchez se le respeta, pero para mí es más Benjamín Galindo. Al equipo que le voy ahorita es al Real Madrid”, declaró.
Para lograr el cometido de vivir del futbol hay un largo camino por recorrer, pero por lo pronto Covarrubias ya se da una idea de cuándo podría llegar el retiro del Monkey.
“Sí tengo pensado retirarme en cuatro años, yo me quiero retirar ya. Tengo 44 años de edad, no quiero que el día de mañana en el basquetbol, en el voleibol o en atletismo ya no pueda correr como lo hago ahora, ya no poder brincar. Soy muy atleta, pero creo que a los 50 ya no podré hacerlo. Ahorita ya me duelen las rodillas, la salud se va mermando”, reconoció.
EL SACRIFICIO POR LA FAMILIA.
El Monkey es el encargado de hacer olvidar los malos tragos, que ha habido bastante esta temporada, en la casa de los Charros.
Pero hay algo que ni el encargado de hacer brotar sonrisas puede soportar.
“Una de las cosas más tristes que me pasan es cuando me voy de casa, mis hijas me dicen, ‘papá, ¡no te vayas!, quédate con nosotras’, son dos niñas que me llegaron después de un matrimonio de 21 años, me encariñé mucho con ellas. Cuando estoy con ellas las vivo al máximo; pero ahí es donde me duele, cuando tengo que salir a viajar de gira y que ellas se queden tristes”, dijo el Monkey.
De los 365 días del año, Covarrubias estima que viaja unos 280, pero una vez que se pone el traje del Monkey, las tristezas quedan atrás y es tiempo de trabajar y de hacer que el aficionado viva un buen rato.
“Yo le doy mucho cariño y amor, me entrego a mi trabajo, mucha pasión. Cuando estoy en el momento de trabajar en apoyo a mi equipo, le entrego todo mi esfuerzo, mi profesionalismo”.
Y una de las maneras de ser feliz para Covarrubias es el baile.
“Disfruto mucho el bailar, el hacer payasadas, pero todo eso lo hago por mi familia. Mis hijas y mi esposa son mi mayor impulso para hacer mi trabajo de una manera profesional y que ellas se sientan orgullosas de su padre, siendo que es un trabajo difícil, porque no todas las botargas o mascotas tienen este nivel, es difícil, el Monkey gana muy bien. Mi recompensa es que mi familia se sienta orgullosa de mi trabajo y que yo estoy contento de lo que hago, porque lo hago feliz”, externó.
Yo le pido al señor Plinio (Escalante, titular de la LMB), por este medio, que me entienda que nos estamos ganando el pan de cada día para nuestras familias, lo que queremos es trabajar, si quitan las mascotas de qué nos vamos a mantener, ¿A robar?"
Ricardo Covarrubias
Personificador del Monkey