El asesino y violador de una niña colombiana de siete años fue trasladado fuertemente escoltado en un tanque policial desde la clínica donde estaba ingresado a los juzgados para tomarle declaración debido a los tumultos generados en la zona por ciudadanos que reclamaban justicia.
El acusado, identificado como Rafael Uribe Noguera, un arquitecto de 38 años, fue increpado por decenas de ciudadanos que desde anoche se manifiestan al grito de “justicia para Yuliana” frente a la Clínica Navarra, situada en el norte de Bogotá, donde estaba ingresado “por una crisis” desde el domingo, día del crimen.
La multitud, que bloqueó un carril de la Autopista Norte, lanzó objetos contra el sospechoso y algunos intentaron agredirlo con cascos de moto a pesar estar escoltado por miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la Policía que evitaron que pudiera ser linchado.
Los policías tuvieron que levantar con sus escudos una barrera a ambos lados del camino entre la puerta del centro médico y la tanqueta, mientras Uribe, que usaba un chaleco antibalas de la Policía, corría agachado y protegido por los uniformados.
El caso de la niña Yuliana Andrea Samboní, de ascendencia indígena, ha estremecido a Colombia por la sevicia con la que actuó el presunto asesino, quien la raptó el domingo en el Bosque Calderón Tejada, una barriada colindante a Chapinero Alto, un sector de clase acomodada de Bogotá.
Después la condujo a un exclusivo apartamento donde la asesinó por estrangulamiento tras ser violada, según informó anoche el director del Instituto de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés.
La causa de la muerte de la menor de siete años corresponde a asfixia mecánica mixta, correspondiente a asfixia por sofocación y estrangulamiento. En el cuerpo de la menor se han obtenido abundantes evidencias que demuestran que fue objeto de abuso sexual”, declaró Valdés.
Manifestaciones tuvieron lugar esta noche también frente al complejo judicial de Paloquemao, a donde fue trasladado el sindicado, y en otros lugares de Colombia, como Barranquilla, donde decenas de personas se concentraron en un parque con pancartas en las que pedían justicia en este caso que ha hecho crecer como espuma la indignación de la sociedad.