SAN BUENAVENTURA, COAH.- Fue en 1992 cuando se corrió la noticia de la aparición de la virgen frente a la Alameda de Juárez.
El frío no era impedimento para que varios ‘borrachitos’ salieran a las cantinas sanbonenses para festejar la época decembrina del año 1992, regresando a sus casas hasta que el dinero desaparecía de sus carteras, pero no faltaba el buen amigo que invitaba a su compadre una copa de tequila o una anforita de mezcal.
Martin Terrazas, caminaba varias calles hasta llegar al depósito de don Fernando Vega, el cual se encontraba frente a la Alameda de Juárez, local considerado como lugar del “pecado”, en donde tomaba sus alipuses y ya muy entrada la noche, lentamente regresaba a su casa, pero como el cuerpo tiene sus necesidades y con el frío aumentan, don Martin tenía ya su escondite para poder vaciar su riñón sin ser molestado o detenido por la policía, quienes realizaban recorridos constantes por las cantinas, con la esperanza de encontrarse a algún incauto que aun tuviera algunos pesos de su aguinaldo.
Justo en el lugar donde se veía la imagen se cayó el pedazo de pared del muro. Así luce en la actualidad.
A un lado del depósito, había una pequeña reja de forja que daba a los patios de la casa de don Fernando, y como a esa hora nadie se asomaba, Martin decidió obedecer a su cuerpo y tras cerciorarse de que nadie lo observaba, se introdujo al pasillo, se recargó en la pared y al levantar la mirada con un gesto de satisfacción, sus ojos se llenaron de asombro pues nunca se imaginó que un ser divino lo estaría observando, mucho menos se esperaba que la Virgen María se le apareciera en ese rincón privado.
Hasta las ganas de hacer del baño se le quitaron y rápidamente corrió a su casa en donde contó lo ocurrido a sus familiares.
En cuestión de horas, todo el municipio de San Buenaventura se enteró de que la Morenita del Tepeyac había visitado el pueblo y rápidamente se congregaron en la Alameda para ver el milagro.
Enormes filas que recorrían cuadras enteras se podían observar, pues la noticia ya había llegado a los municipios aledaños y los fieles estaban dispuestos a pasar horas enteras con tal de encontrarse frente a la imagen.
Algunos de ellos no alcanzaban a llegar hasta donde estaba la imagen reflejada en la pared debido a que las filas avanzaban lentamente porque muchos se detenían a rezar.
Fue mucho el fervor y no pusieron atención a pequeños detalles, los cuales no consideraron importantes, como, por ejemplo, la aparición que únicamente se podía observar al obscurecer y para ser más exacto, la virgencita se aparecía únicamente cuando encendían las luminarias de la Alameda.
El pueblo se encontraba contento y tampoco dieron importancia a la negativa que daba la iglesia sobre dicha aparición, pues muchos alegaban “No importa cual farola pongan, ninguna luz va a igualar los colores de la virgencita, la imagen es verdadera, no es una mentira”.
Dicen que el domingo más próximo al día de la aparición, la iglesia se encontraba vacía, pues todos se habían reunido en la alameda, a un lado del local del “pecado”, para llevar sus rezos y cánticos a la Virgen Morena.
Muchos aprovecharon el momento y buscaron hacer negocio, pues “los guardianes de la virgen” comenzaron a vigilar el lugar, permitiendo estar frente a la imagen solo unos segundos a los creyentes y en todo momento se les negó tomar fotografías, solamente los fotógrafos del pueblo vendían el “recuerdito” a precios muy altos.
Todo iba bien, hasta que un conocido personaje del pueblo se presentó ante los creyentes y dijo ser “la cajita” de la Virgen de Guadalupe, la cual había entrado a su cuerpo.
Muchos se quedaron sorprendidos al saber que Karina Fabián, joven vecina de dicho sector, se había convertido en el instrumento de la Madre del Salvador y cada noche se presentaba al pasillo donde se había plasmado la imagen, para escuchar las peticiones de los desprotegidos y para curar a los enfermos.
Escoltada por varios feligreses acomedidos, Karina Fabián se dirigía con los ojos cerrados y ante la mirada de las personas reunidas, sufría convulsiones y terminaba desmayada después de que la Virgen María se alejaba de su cuerpo.
La historia no la creyeron muchos y gracias a la presencia de “la cajita”, muchos optaron por retirarse, pero hay quienes continuaban fieles y poco les importaba los chismes que la comunidad decía en torno a la imagen y la posesión de la madre de Dios.
Hay quienes dicen que la joven fue abucheada, otros que fue desterrada, pero también hay quienes aseguran que fue bendecida y que aun en la actualidad se dedica a curar personas, pero obvio, en un estado donde no conocen su historia.
La presencia de Karina Fabián solo creó confusión y para terminar con el mito, los trabajadores del municipio se encargaron de dar mantenimiento a todas las lámparas de la Alameda y por encargo especial, la farola milagrosa tenía que ser limpiada exhaustivamente, hasta que quedara reluciente. Solo así, la imagen de la virgencita desapareció.
Los años pasaron y el lugar fue olvidado. Los planes para hacer una capilla se esfumaron, el pasillo fue cerrado para evitar que fanáticos religiosos continuaran buscando a la imagen por todos los rincones de la casa, incluso, la parte de la pared fue arrancada intencionalmente, pues los fieles quisieron tener la piedra en donde se dibujó la morenita.
Actualmente, el depósito se encuentra cerrado y la forja ha sido cubierta por el óxido, pero aún se mantiene cerrando el pasillo en donde años atrás, la Virgen María plasmó su imagen.
