Generalmente, cuando estás enfermo a causa de un virus, tu cuerpo construye un sistema de defensa fabricando anticuerpos contra él. Esto significa que no te volverás a infectar con ese tipo de virus otra vez.
Lamentablemente, los virus de la gripe mutan (cambian) cada año; por lo tanto, no estás protegido de contraer la gripe para siempre.
¿Y cómo sabrás que tienes gripe?
Los síntomas de la gripe comienzan de 1 a 4 días después de que una persona estuvo expuesta al virus. Los principales síntomas de la gripe son: dolor de cabeza, dolor de garganta, fiebre alta, escalofríos, dolores musculares, congestión nasal (nariz tapada), tos seca, mucho cansancio, pérdida del apetito.
Existen miles de medicamentos que te ayudan a aliviar estos síntomas, pero no hay duda que no existe mejor remedio que los caseros que tu abuelita o madre te dan.
GARGANTA: La miel con limón, cebolla con ajo miel y limón (se parte la cebolla y se deja reposar con el limón y el ajo provocando se suelte un jarabe y este será el que se ingiera).
TEMPERATURA: Remojo de pies en donde se untará Vaporub en garganta, pecho, espalda y pies.
GRIPE: Té de canela con gordolobo y limonada caliente endulzada con miel.
TOS Y FLEMAS: Leche caliente con bombones y té de buganvilia.
ANGINAS: Gárgaras con sal para el desinflar, tomate al comal y este se pone en las anginas para calmar el dolor, té de jengibre para eliminar el dolor.
Y todos estos mágicos remedios terminan con un espectacular y delicioso caldo de pollo, que te ayuda para la respiración y desinflamación de la garganta.
Siempre había la duda de cómo es posible que todo esto con sabores, algunos desagradables y otros muy amenos, podían curar las mil enfermedades que de pequeño sentías.
En realidad, la respuesta de las abuelitas y madres es: “Me lo enseño mi mamá y si funciona”, y siempre será la respuesta correcta para la medicina y así, una curación correcta.