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Remueve temblor heridas a bombero

Agencia
Por Agencia - 21 septiembre, 2017 - 04:28 a.m.

El sismo que se registró el pasado martes en la Ciudad de México removió las heridas entre las personas que vivieron en carne propia el terremoto de 1985 y que vieron con angustia las imágenes de este acontecimiento que envolvió de nueva cuenta la capital del país, recordando el sufrimiento y dolor de las personas que perdieron a seres queridos.

Fernando de los Santos Delgado, fundador del Cuerpo de Bomberos de Monclova, fue una de las personas que acudieron al rescate después del terremoto del 19 de septiembre del 85 y fue testigo del sufrimiento que se vivió durante el primer terremoto.

Sentado en su casa, recuperándose de una embolia que le dio hace algunos meses, veía con tristeza las imágenes que eran transmitidas a través de la televisión, en donde las personas tratan de rescatar a las personas atrapadas entre los escombros de los edificios que se vinieron abajo.

Estas imágenes trajeron a su mente los recuerdos del 85, en donde la gente trataba de rescatar a la población del Hotel Regis, el Hospital Infantil, del Conalep, del Edificio Pino Suárez, sin importarles el cansancio, el hambre, o las heridas que algunos de ellos tenían.

Como una zona de guerra, una zona de desastre, en donde mucha gente trata de ayudar, en medio de la desesperación, tristeza y sufrimiento, se describió el escenario de hace 32 años y que una vez más se presentó en este lugar.

Recordó que en ese entonces como Jefe de Bomberos mandó un equipo de 16 elementos a brindar apoyo a México, pero debido a la falta de comunicación con ellos acudió unos días después para saber cómo estaban.

Cuando llegó recorrió las zonas de desastre, los elementos estaban distribuidos en diferentes grupos y logró comunicarse con ellos.

Señaló que había un caos general, muchos muertos, en ese tiempo no se tenía los medios de comunicación como ahora, no había teléfonos celulares para contactarse de manera directa con los elementos, lo que dificultó dar con ellos y conocer un poco de la situación.

Inmediatamente se integró a las labores de rescate, el día iniciaba a las 6 de la mañana, tomaban algo de desayunar y se iban a los lugares en problemas para retirar escombro e iniciar labores de rescate hasta que caía la noche, ya que no tenían luz ni se tenía la tecnología de plantas de luz para auxiliarse.

En ese entonces había mucha gente que quería ayudar, pero faltaba organización ya que no se tenía conocimientos de Protección Civil.

Uno de las cosas que lo marcó, fue cuando acudieron al Conalep que se había derrumbado, había muchos alumnos que se habían quedado atrapados y veía como sus amigos trataban de salvarlos y retiraban escombros ya con los dedos de sus manos “pelados”, al estar quitando escombro sin ninguna protección.

“Fue una cosa terrible, ahí los jóvenes quisieron ayudar a sus compañeros desesperados, pero no había herramienta, nada con que ayudar, así que con las puras manos hacían lo posible por ayudar”.

Ahí convivió con bomberos de Francia, España y muchos otros lugares que acudieron para dar su apoyo a la comunidad.

Mientras relataba su historia, en la televisión se escuchó que pedían silencio, esto al tratar de rescatar a los menores atrapados en el Colegio Enrique Rébsamen, y entendió perfectamente el sentimiento que existe en esos momentos.

“Estábamos en el Hotel Regis, pasó un incidente ya que se tenía una parabólica colgada de una grúa para escuchar ruidos, igual que ahora, les pedía a la gente que se callará y que guardara silencio, de pronto se desconectó un micrófono y no se oía nada, se pedía a un voluntario que se subiera a la grúa a conectar micrófono y todos nos quedábamos viendo, de repente surgió uno que se subió, cual era nuestra sorpresa que era uno de Monclova, lo conectó y se pudo seguir en la búsqueda de las víctimas”.

Al ver las imágenes del terremoto del pasado martes, mencionó que es volver a recordar algo que es muy triste, porque mucha gente vivió una terrible situación, donde incluso hay mucha gente que se vino a vivir a Monclova huyendo del DF.

Recuerdos del sismo del 85

“Fue una cosa terrible, ahí los jóvenes quisieron ayudar a sus compañeros, desesperados, pero no había herramienta, nada con qué ayudar, así que con las puras manos hacían lo posible por ayudar”

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