Ricardo Flores Magón

Recordaron los inicios de este personaje quien tuviera una destacada participación antes, durante y después de la revolución

Como cada sábado el Taller de Historia Regional se reunió en el Museo Coahuila y Texas para profundizar sobre un acontecimiento histórico. En esta ocasión el historiador Juan Blackaller recordó la labor periodística y literaria de “El Anarquista” Ricardo Flores Magón.

El punto de reunión fue a las diez y media de la mañana en donde el historiador Blackaller recordara los inicios de este personaje quien tuviera una destacada participación antes, durante y después de la revolución.

Durante la presentación el historiador destacó las habilidades intelectuales, literarias y periodísticas del personaje, quien trabaja a través de la prensa en el periódico Regeneración a partir del año 1900.

“Fue un personaje que debido a sus ideales y de sus publicaciones pasó varios años de su vida preso, era conocido como El Anarquista, ya que siempre protegía al trabajador, protegía a la sociedad popular y defendía que el gobierno se debía a la gente”, explicó durante la conferencia de historia.

“Cabe destacar que dentro de la zona Carbonífera influyó mucho su actividad periodística e intelectual, logrando que en aquel entonces un diputado constituyente de Monclova precisamente aplicara las ideas en el artículo 123 de la constitución mexicana que hasta hoy en día nos rige”.

Durante la charla historia también se destacó que fue un precursor intelectual de la Revolución Mexicana y desde 1906 promovió la lucha armada a todo lo largo de la frontera con Estados Unidos para extender la revolución social al resto de la República Mexicana a través de los múltiples grupos afiliados, la mayoría de manera secreta, al Partido Liberal Mexicano; sin embargo las actividades armadas del PLM no consiguieron influir en el resto del movimiento armado que estalló en 1910.

Asimismo ayudó al derrocamiento de Porfirio Díaz, buscando su mala fama mediante reportajes publicados en los diarios periodísticos. Irónicamente una vez muerto, el Estado contra el que tanto luchó Flores Magón comenzó a reconocerlo como el gran precursor de la Revolución Mexicana. En 1945, durante el marco de la conmemoración del día del trabajo sus restos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres en la Ciudad de México.