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Roger Federer se corona por octava vez en Wimbledon

Por Agencia - 16 julio, 2017 - 02:40 p.m.

La abrumadora victoria de este domingo pone al suizo como serio candidato al título.

Roger Federer consiguió este domingo su octavo torneo de Wimbledon, con lo que ya se coloca como el máximo ganador del certamen más famoso del tenis mundial al superar al mítico amateur William Renshaw y a Pete Sampras, quien empató la marca en la era profesional.

Con la hazaña de esta tarde, el suizo gana su torneo de Grand Slam número 19 y se coloca también como el máximo ganador de todos los tiempos en el renglón, con cuatro más que el español Rafael Nadal y siete más que el serbio Novak Djokovic, los otros dos grandes ganadores en activo.

Lo de Federer no es menor: si él no existiera, el máximo ganador de todos los tiempos sería Nadal con 15 Grand Slam, uno más que Pete Sampras, y tres más que Djokovic. Esto significa que el suizo ha tenido la carrera más espectacular en el deporte enfrentando al número 2 y número 4 de todos los tiempos. Suena fácil, pero es digno de recalcarse.

Ante este dominio abrumador en una era de gigantes, varias voces empiezan a llamar a Federer “el mejor deportista de todos los tiempos”, una etiqueta que con toda certeza le queda grande a cualquiera pero que, con algunas acotaciones, parece justa.

Para empezar, habrá que recordarle a aquellos que pongan a Michael Jordan o Diego Maradona como merecedores del título que nunca un deporte de conjunto podrá arrojar al mejor de todos los tiempos, pues la naturaleza de estas disciplinas hace que un jugador pueda resultar campeón en un día muy malo gracias a la colaboración de sus compañeros, algo imposible en los deportes individuales.

Ahora bien, existen los deportes individuales de eliminación directa y en los que se gana con el mejor registro (tiempo, las más de las veces, o marcador como en el boliche o el golf). Ciertamente los deportistas con mejor registro, como Usain Bolt o Michael Phelps, pueden presumir que son el mejor de todos los tiempos por la sencilla razón de que nadie ha superado su hazaña, y no les falta razón. Pero también debe tenerse en cuenta que son deportes poco profesionalizados en los que se enfrentan las “élites genéticas”: aquel puñado de personas con la estatura, resistencia y metabolismo privilegiados a los que sólo hay que pulir un poco y enviar al tartán o a la alberca. En otros deportes abundan los prodigios que compensan con mentalidad e ingenio la falta de condición física, lo que no puede suceder en el atletismo.

El único argumento contra Federer podría venir si se desprestigia a sus rivales, pero se tratan del segundo y cuarto mayores ganadores de Grand Slam de todos los tiempos. En este sentido, lo conseguido por Serena Williams, con 23 Grand Slam ganados (segunda de todos los tiempos sólo detrás de Margaret Court), no califica, por desgracia, para ponerla como la mejor de todos los tiempos, pues sus rivales mejor colocadas son su hermana Venus Williams, con 7 títulos en su carrera y el lugar 9 de todos los tiempos, y la rusa Maria Sharápova con 5 títulos, la 12 de todos los tiempos en el renglón.

Una razón más para poner a Federer como el mejor, alejada tal vez de lo meramente deportivo: la pulcritud con que se ha manejado dentro y fuera de la cancha, un ejemplo para el mundo. Apunta Pablo Gravellone para el portal argentino Toda Pasión que “para ser el mejor de todos los tiempos, hay que reunir todas las cualidades de un deportista completo. No alcanza con el talento y los títulos. El comportamiento, la duración de la carrera, la relación con el público, la conducta fuera de la competencia, el profesionalismo para entrenarse. Todas estas condiciones se destacan al momento de juzgarlo.  Y ahí es donde muchos trastabillan o pierden chances con respecto a Federer”.

Estamos frente a posiblemente el mejor deportista de todos los tiempos y frente al deportista que debería servir como ejemplo para los demás. Un hombre que sabe administrarse en lo emocional y físico durante los encuentros, con una convicción y tesón que lo vuelven casi imbatible, con la humildad para buscar siempre mejorar su técnica y, con una vida alejada de los excesos en los que caen muchos, muchísimos otros atletas. Esto, más lo que acumule en los años que le restan antes de despedirse de las canchas.

Con información de: SDPnoticias

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