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Coahuila

Sambonenses no dejan a sus viejitos en el asilo

Por Dina Flores - 31 julio, 2017 - 02:21 a.m.

Aunque tienen todo lo que necesitan, alimentación balanceada, limpieza, y cuidados, la gente de San Buena prefiere quedarse con ellos

SAN BUENAVENTURA, COAH.- Un mundo distinto es el asilo de ancianos, lugar donde aquellas personas olvidadas por sus familiares y por la sociedad ven pasar el tiempo encerrados en sus recuerdos y viviendo de ellos antes de partir de esta vida.

El Asilo de Ancianos San Buenaventura A. C., alberga a cinco ancianitos, tres hombres y dos mujeres, la mayoría de estos no son de la ciudad, sino de otras partes de la región que son atendidos de manera esmerada por Estrella Jiménez encargada del lugar, quien dice que para ella son sus hijos adoptivos desde el 30 de agosto del 2015, cuando le llamaron para que se hiciera cargo.

A diferencia de los demás asilos, este cuenta con todo lo necesario para dar una buena atención ya que además de donaciones, cuota de los familiares de los asilados y lo que aporta el Municipio para el mantenimiento del lugar, incluso maquiladoras, empresas y hasta sambonenses radicados en los Estados Unidos acuden con insumos para apoyar a los ancianitos en sus necesidades.

La mayor necesidad que se tiene en el asilo es los pañales porque son de uso constante y productos químicos para tener siempre limpio todo el recinto, de hecho esto último se los surte una empresa de Monclova, quien periódicamente les lleva para que el ambiente del lugar sea agradable.

Al hablar de su trabajo, Estrella dijo que de todos los productos que reciben, son los pañales los que nunca les faltan porque es necesidad prioritaria que se tiene qué cubrir.

Ellos tienen todo lo que necesitan, una alimentación balanceada, limpieza, y cuidados, pero lo que en realidad les hace falta es tener con quien platicar ya que casi siempre están solos e incluso hasta entre ellos se pelean por lo que tenemos que estar al pendiente de cada cosa que hacen”, dijo la encargada.

El asilo está siempre cerrado con candado, las mujeres que ahí laboran y que están a cargo de todo, cuidan que los ancianitos no se asoleen o sufran cambios climatológicos que lleven a que se enfermen y por lo que respecta a la asistencia médica es en el centro de salud y en la clínica del Campesino donde son atendidos.

Sin embargo, en medio de todo el ambiente que rodea a estas personas que por lo general siempre están solas hay alguien que las cuida con esmero y es Estrella quien dice que es doloroso ver cómo solo a algunos los visitan sus familiares en tanto que otros se quedan solitos viendo la televisión o simplemente durmiendo.

“Me da mucho sentimiento verlos con la tristeza reflejada en el rostro porque se va un día más de visita y a ellos nadie los vino a ver, es entones cuando me doy a la tarea de alegrarles el momento platicando con ellos o simplemente escuchándolos porque eso es lo que ellos quieren que los oigamos aunque sean pláticas repetidas de sus tiempos de juventud o sus aventuras cuando eran niños o bien su vida en familia y con paciencia me siento a platicar con ellos, dice Estrella con lágrimas en los ojos.

Sí hay mucho abandono de ancianitos y aunque tengo nomás cinco creo que duele igual que si fueran veinte porque ellos tienen sentimientos y merecen ser escuchados, dijo.

Narra que hace un año murió una ancianita a la que nadie visitó y que el Municipio se hizo cargo de todos los gastos, lo que para ella representó un golpe muy fuerte al ver que nadie acudió a reclamar su cuerpo para que en familia recibiera cristiana sepultura.

La entrevistada dijo que el hecho de que sean pocos ancianitos los que ahí atiende se debe a que es una casa particular que de manera provisional fue acondicionada como asilo y que no pueden saturarla, porque entonces no los atenderían correctamente.

Lo que se busca es que los asilados en este lugar estén contentos y a gusto, sabemos que dentro de poco tiempo contarán con un espacio adecuado para recibir a más ancianitos, pero por el momento no se puede.

Al hablar de su trabajo, Estrella Jiménez dice que es gratificante atender a los ancianitos porque son un mundo distinto cada uno, cada uno tiene su propia historia que en medio de su soledad quieren compartir “ellos son cinco hijos más que tengo aquí además de los dos en casa y un nietecito que es mi vida. Trabajar con los ancianitos es algo maravilloso pero a la vez muy demandante, ya que si bien es cierto que aquí tenemos un horario, con ellos sucede lo mismo que con los bebés, no se sabe cuándo enfermarán, ni si se presenten contingencias o algo que obligue a regresarme a altas horas de la madrugada para atenderlos, algo que hago con todo gusto y de todo corazón”, dijo la encargada.

Me da mucho sentimiento verlos con la tristeza reflejada en el rostro porque se va un día más de visita y a ellos nadie los vino a ver, es entones cuando me doy a la tarea de alegrarles el momento platicando con ellos o simplemente escuchándolos, porque eso es lo que ellos quieren, que los oigamos"

Estrella Jiménez

encargada del Asilo

Alberga a cinco ancianitos, tres hombres y dos mujeres, la mayoría de estos no son de la Ciudad

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