Ahora resulta que el abogado de los padres de los 43 de Ayotzinapa, Vidulfo Rosales, tiene que dar autorización para ubicar a los familiares de Gonzalo Rivas, postulado por la sociedad civil a la Medalla Belisario Domínguez, por el acto heroico en la gasolinería de Chilpancingo que fue incendiada por normalistas que se enfrentaban a la policía en diciembre de 2011. Es lo que le dijeron los del Centro Tlachinola a personal de la revista Siempre! cuando pidieron ayuda para ubicar a los familiares de Gonzalo.
Beatriz Pagés, directora de la publicación, quería invitarlos a la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2017, el próximo martes 18 de octubre.
Pretendía hacer un homenaje al fallecido escritor, periodista y exlíder del 68, Luis González de Alba, principal promotor, desde su espacio en Milenio Diario, de la entrega de la Belisario Domínguez al héroe de Chilpancingo, una especie de adhesión de la también diputada constituyente a la calza de lo que llama “víctimas políticamente no correctas” como lo es Gonzalo o los militares asesinados en Sinaloa.
Gonzalo murió después de evitar una explosión mayor en la gasolinería ubicada en la caseta de peaje de la autopista México-Acapulco que está cerca de Chilpancingo. Cerró la bomba en llamas en el momento en que el lugar era escenario de enfrentamientos entre policías y normalistas.
Pero como ya se viene haciendo costumbre, un puñado de activistas colgados del caso de los normalistas desaparecidos —y muy probablemente asesinados— ha politizado la entrega de la Belisario Domínguez. Difunden mañosamente la idea de que galardonar a Gonzalo Rivas es denostar a los normalistas desaparecidos.
Lamentablemente, el gobierno y legisladores tienen miedo de desafiar los dictados de estos señores. Un caso nada tiene que ver con el otro. A Gonzalo no le pueden arrebatar ese reconocimiento sólo porque el incendio que lo mató fue provocado por normalistas. A estos últimos los reivindicaría que abanderaran la causa del premio al héroe que quizás hasta salvó la vida de algunos de sus compañeros.
Hace apenas cuatro días escribimos aquí lo que nos dijo el senador priista Roberto Albores, presidente de la Comisión que otorga la Medalla Belisario Domínguez: “Es una propuesta mediática (la de Gonzalo Rivas). No hay una sola formal”.
Pero el lunes ya había cuatro propuestas de personas físicas y morales para que el héroe de Chilpancingo sea premiado con esa medalla. Pablo Escudero, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, dijo que Rivas tiene los méritos para ganarla. “Arriesgó su vida sabiendo perfectamente (el riesgo) las acciones que iba a ejecutar o la maniobra en el cierre de la bomba de gasolina, a sabiendas de que, de no hacerlo, iba a tener consecuencias fatales”, destacó.
Se gesta en Guerrero Negro un serio conflicto sindical. Los representantes de los trabajadores de la Empresa Exportadora de Sal, ubicada en esa localidad de Baja California Sur, se pararon de la mesa de negociaciones contractuales. No aceptan la postura de la empresa ni sus argumentos de que el mercado de ese producto está saturado y los precios andan muy abajo
“ESSA no quiere negociar. Está totalmente cerrada. No quiere dar nada a sus trabajadores”, escribió Adrián Torres García, trabajador de la salinera, en un WhatsApp que le mandó al exdirector de esa empresa, Humberto José López Portillo.
Los trabajadores querían poner un desplegado en un periódico nacional para dar a conocer sus inconformidades. Sienten como un “insulto” que se diga que no hay sal para los clientes mexicanos, pero también “que le paguen una miseria a los trabajadores, y que le regalen la sal a Mitsubishi”.
El 51% de las acciones de ESSA las tiene el gobierno mexicano; el 49, la empresa japonesa. Pero ésta tiene el monopolio de las ventas en los mercados mexicanos. Compra barato y vende caro. Negocio redondo.
La empresa sacó un boletín informativo urgente dirigido a todo el personal de Exportadora de Sal. Alega que derivado de la fuerte competencia de Australia e India, existe una sobreoferta de sal a nivel mundial que presiona los precios a la baja.
“Esta difícil circunstancia en el mercado mundial coloca a las empresas en situación de emergencia y obliga a tomar medidas extremas para buscar ser más competitivos”.
Dio a conocer que hizo un ofrecimiento en días pasados de lo que es viable otorgar por concepto de incremento salarial, derivado de la presión de los precios a la baja de la sal, pero fue rechazado por el sindicato.
“Es esquizofrénico. La empresa no está en problemas. Están en problemas los intereses que ellos defienden. Hay clientes mexicanos que quieren exactamente esas mismas garantías de abasto y pagan más caro. No les venden para proteger a Mitsubushi”, nos dijo Humberto López Portillo, exdirector de Exportadora de Sal.