La obsolescencia programada o la planificación del fin de la vida útil de los teléfonos inteligentes se ha convertido en un tema muy sensible, sobre todo para las entidades reguladoras y los usuarios que están preocupados por el ciclo de consumo anual que han creado los fabricantes de tecnología.
TE PUEDE INTERESAR... Nintendo Switch y Mario Kart ayudan a detectar un tumor
Un ejemplo importante de esto es la controversia que generó Apple a finales del año pasado, cuando la compañía reconoció que relantiza el rendimiento de sus equipos cuando la vida útil de su batería ha diminuido, evitando que colapse abruptamente al realizar alguna tarea demandante.
Esto obviamente desató una ola de quejas por parte de los consumidores, quienes vieron como sus equipos no funcionaban correctamente tras una actualización del sistema operativo iOS 11; de hecho, Samsung también ha sido acusada por acelerar así la sustitución de equipos.
Lo curioso es que al parecer, si las empresas no insistieran en programar la obsolescencia de sus equipos, cada teléfono celular podría ofrecer una vida útil de 12 a 15 años, o al menos eso asegura Benito Muros, presidente de la Fundación Energía e Innovación Sostenible sin Obsolescencia Programada (Feniss).
“Absolutamente todos los fabricantes de móviles la practican en estos momentos. Cuando el móvil se ralentiza o ciertas apps no funcionan, el usuario ya empieza a pensar que es normal”, aseguró Muros al diario El País.
De acuerdo a su experiencia, la vida útil de un teléfono celular actual es de un máximo de dos años, mientras las reparaciones pertinentes para volver a habilitar un equipo puede llegar a costar hasta el 40 por ciento de un teléfono nuevo.
Con información de El País.
