El urgenciólogo Melchor Flores Gutiérrez pasó 21 días de incertidumbre luchando contra el Covid-19, no dormía preguntándose si iba a despertar al día siguiente; como sobreviviente, valora más su vida, su familia y su profesión. “El Covid-19 es real, sigan cuidándose”, expresó.
SU EXPERIENCIA CON EL COVID
Melchor ha sido de los primeros médicos al estar en la línea de batalla contra el Covid-19 en la Clínica 7 del Seguro Social, sin poder contener el llanto, recordó que le tocó estabilizar a otro médico contagiado; se trataba del primero que perdió la vida, Walberto Reyes. También atendió a otro de sus homólogos que no querían ser intubado por miedo a morir de igual forma.
El 27 de marzo, lo enviaron a realizarse la prueba en calidad de sospechoso ya que días antes atendió a un paciente infectado por coronavirus. A los dos días, le informaron que era positivo al Covid-19 y que tenía que aislarse de forma inmediata, por su seguridad y la de su familia.
Sus síntomas eran dolores de cabeza, dolores articulares y tos seca, el ser positivo le causaba un gran terror ya que no dormía preguntándose si iba a despertar al día siguiente; así pasó 21 días de incertidumbre.
El aislamiento fue más llevadero gracias a que su esposa y sus dos hijos lo acompañaron en todo momento. También vinieron días de reflexión, donde se puso a prueba su fe en Dios. Fue hasta la segunda prueba cuando dio negativo, en que pudo respirar y el alma le regresó al cuerpo.
A mediados de abril se reincorporó a su trabajo, ya cuando el hospital estaba reconvertido y con un nuevo modelo de atención para la derechohabiencia y adheridos al Insabi, antes Seguro Popular.
“Valoro más la vida, mi profesión y mi familia, tomo las medidas de protección necesarias y siempre está alerta, el uso del equipo y la limpieza son la clave”
Con 41 años de edad y 12 años trabajando en la Clínica 7 del IMSS, se encarga de estabilizar a pacientes con la enfermedad respiratoria que llegan al servicio de Urgencias de la Torre B, la mayoría en situación crítica.
Al igual que muchos galenos, el doctor afirma que el haber sido portador del virus lo sensibilizó y ahora, como parte de sus funciones, alienta a sus pacientes a luchar contra la enfermedad.
“La mayoría de las personas que ingresan al hospital llegan con miedo y después van cambiando de actitud. A diferencia de los hombres, las mujeres como pacientes demuestran más sus sentimientos, no ocultan su miedo, ni su tristeza”.
Nueve de cada 10 pacientes con coronavirus regresan a casa y siguen con su vida, consideró el especialista en urgencias médicas.
Como sobreviviente, comprende a los pacientes que pasan por la misma situación, el virus es un asunto que debe tratarse con seriedad y la buena noticia es que es posible la recuperación.
SOÑABA CON SER POLICÍA
De niño soñaba con ser Policía Federal de Caminos, por consejo de su padre decidió estudiar medicina, no se arrepiente de ser doctor porque es una profesión que le ha dejado grandes satisfacciones, como salvar vidas.
Afirmó que el destino juega un papel importante y considera que por algo le tocó vivir esta experiencia, aunque pudiera resultar una triste historia, al final se encuentra de pie y de nuevo en su trabajo.
“No me arrepiento de ser doctor, al contrario, es un orgullo. En Urgencias Covid hay un equipo multidisciplinario comprometido que sigue en pie en la primera línea de batalla contra el coronavirus”.
