Luego de sufrir una embolia que lo dejó incapacitado, un hombre sufrió el abandono de su esposa, que lo dejó a cargo de sus dos hijos de 10 y 11 años de edad. A pesar de las vicisitudes de su vida, sigue luchando por salir adelante.
Se trata de Marco Antonio Tijerina quien pide a la población le lleven trabajo para seguir desempeñando su oficio como técnico reparando abanicos y televisiones en su hogar.
Diana Salazar, presidenta de la Fundación RIIA conoció el caso de Marco Antonio Tijerina quien vive en el Fraccionamiento Aguilar, en la calle Hermenegildo Galeana privada 2.
Explicó que vive en condiciones muy difíciles y buscan el apoyo de la sociedad para ayudar a Marco Antonio.
A raíz de su enfermedad lo dejó la esposa.
Los pequeños son estudiantes, uno esta quinto y el otro en sexto de primaria, aunque la situación económica es muy difícil, Don Marco los ha sabido educar pues los dos pequeños respetan mucho a su padre.
A él le duele mucho el abandono de su esposa, cada que lo recuerda llora mucho por lo que Diana Salazar solo abundó en lo que es su necesidad de trabajo y de alimentos para sus dos hijos, por los que lucha día a día para salir adelante.
Vive de arreglar abanicos y televisiones pero el trabajo escasea, por lo que apoyo de sus vecinos también es importante para Don Marco quien agradece el taquito que en ocasiones le llevan para él y sus dos hijos.
La vivienda en donde viven es prestada el dueño vive en frente de ellos, de no ser por él los dos pequeños y su padre vivirían en la calle.
“A pesar de lo humilde que vive es una gran familia, tiene una parrilla en la que cocina, los colchones donde duermen están en el piso y están muy deteriorados, los muebles obsoletos, el señor tiene muy bien educados a sus niños trata de que vean la vida bonita”, comentó Diana Salazar.
Un hombre llamado Luis de Estados Unidos conoció el caso y envió apoyo para la familia, dicho apoyo se entregará hoy, pero la ayuda nunca es suficiente por ello Diana Salazar exhortó a las personas a apoyar esta causa llevándole trabajo, llevando el abanico, la televisión o despensa lo que sea su voluntad.
La presidenta de RIIA consiguió a una persona que los va a apadrinar con una despensa cada quince días, pero los pequeños requieren de más ayuda como ropa, calzado, útiles escolares entre otras cosas.
