El amor de una madre es infinito sin importar el ingrato abandono de los hijos.
Así es la triste historia de Ramona Jiménez, quien no acepta que su única hija la abandonó.
La mujer de la tercera edad vive sola en condiciones insalubres en la casa marcada con el 1170 de la calle Popocatépetl de la colonia Los Bosques. Su hija Martha Jiménez que antes vivía con ella se fue de la casa para rehacer su vida.
Martha trabaja en el municipio y se casó llevándose a su hijo y a su esposo a otra colonia, explican los vecinos.
Ramona, no cuenta con baño, drenaje, ni luz, ni agua, además requiere medicamento siquiátrico, pues le dan ataques de esquizofrenia.
La mujer cuenta que su hija la va a visitar cada ocho días y le lleva comida, pero las condiciones en las que vive son realmente inhumanas, pues en un bote orina y defeca y el cuarto solo mide dos metros de largo por dos metros de ancho.
Cuenta con una cama, unas cobijas, una mesa y una silla, así como un peculiar radio que es el que deja encendido día y noche.
En sus ratos de lucidez a Ramona la embarga la tristeza añorando los tiempos cuando era joven y trabajaba para sacar adelante a su hija.
Tiene una úlcera en el pie izquierdo que le llega casi hasta el chamorro, pero ya se le está gangrenando debido a las pésimas condiciones en las que está viviendo y se niega a recibir atención.
Hace unos meses su hija la quiso internar en un asilo de ancianos, pero Ramona se resiste a pasar el resto de su vejez en una casa de reposo, ella prefiere ver pasar el tiempo dentro de cuatro paredes.
De la hija nada más se sabe, la última vez que la vieron los vecinos fue cuando la quiso llevar al asilo, pero desde ahí solo saben de ella por medio de las redes sociales, pues es muy asidua en publicar su vida por este medio.
Fechas importantes, ocasiones especiales, navidades, año nuevo, Ramona se la ha pasado sola, encerrada en su cuarto, pues la úlcera que tiene en su pie solo le permite caminar muy poco.
Al ser cuestionada por este matutino, Ramona declara que su hija la quiere mucho, que ella siempre está al pendiente, aunque cuando habla de ella su mirada se entristece.
Lo único que pide es que le den ayuda para una despensa, pero no tiene ni dónde guardarla, pues son muy pocos muebles en ese cuarto.
No quiere ir a un asilo
Hace unos meses su hija la quiso internar en un asilo de ancianos, pero Ramona se resiste a pasar el resto de su vejez en una casa de reposo, ella prefiere ver pasar el tiempo dentro de cuatro paredes.
Vive en condiciones inhumanas
Ramona, no cuenta con baño, drenaje, ni luz, ni agua, además requiere medicamento siquiátrico, pues le dan ataques de esquizofrenia.
