Las cifras podrían empeorar este año, en el que Suiza, como otros países de Europa Occidental, vivió temperaturas extremas en julio, que, según los datos del programa europeo Copérnico, fue el más caluroso de la historia desde que se tiene registros.
Los veranos cada vez más calurosos son los que "están matando a los glaciares", destacó la RTS, para explicar que en épocas estivales estas masas heladas carecen de la capa de nieve protectora, y la luz solar funde el hielo con mayor rapidez que la nieve (esta, con su color blanco, refleja parte de la luz solar).
Es por ello que en la región de San Moritz (este de Suiza), famosa por sus lujosos complejos de esquí, un grupo de expertos en glaciares intentan salvar al Morteratsch, cubriéndolo parcialmente con nieve artificial, en un proyecto que comenzará oficialmente el próximo 19 de agosto.
El glaciar, todo un símbolo del local valle de Engadina y componente de la cuenca del Danubio, retrocedió 2.5 kilómetros en 150 años.
Otros glaciares de la zona más pequeños son cubiertos con lonas en los meses más calurosos, como el cercano Diavolezza, que gracias a esta medida ha ganado unos 15 metros de espesor en los últimos siete años, aunque es más difícil actuar de esta forma con aquellas masas de mayor tamaño.
El próximo 24 de septiembre el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU (IPCC) presentará en Mónaco su informe sobre los efectos del calentamiento global en los océanos y la criosfera (zonas heladas del planeta), en el que también se espera una predicción pesimista sobre el futuro de los glaciares.