Desde las tres de la tarde los niños están ansiosos, quieren que pasen los minutos rápidamente para salir al recreo y correr al área de lavabos a echarse agua en las manos y brazos, necesitan de alguna manera refrescarse un poco para poder aguantar las otras dos horas de clases.
A las 3:45 es la hora del descanso, todos salen corriendo para llegar y hacer fila afuera de los baños, otros prefieren irse a donde está la cisterna se las ingenian para sacar un poco de agua, lavarse las manos y mojarse la cara.
“A tal grado hemos llegado de los intensos calores, que sorprendemos a niños queriendo tomar agua de la cisterna porque se les acaba el agua que traen de casa, obviamente los frenamos porque no está totalmente limpia pero ellos en su desesperación no les importa”.
La mayoría de los estudiantes solamente se sientan en una sombra de las escasas que hay en la escuela Monclova 400, ni siquiera van y compran algo a la cooperativa, no tienen hambre solo ganas de que ya se acabe el horario escolar.
Algunas madres de familia van en la hora de recreo a llevarles agua con hielos a los niños, de alguna manera les ayuda a reactivarse.
