CIUDAD DE MÉXICO. Silvia tenía que demostrar que llevar el cadáver de su hijo de tres años, envuelto entre plásticos y sábanas hasta la estación de Tapo, para trasladarlo y enterrarlo en Puebla, era un acto de buena voluntad.
De acuerdo con la historia narrada por la mujer, Miguel Ángel, quien siempre sufrió de afecciones cardiacas, perdió la vida en la madrugada, por lo que ella decidió comprar el boleto de autobús y regresar a sepultarlo a su pueblo natal.
En la estación de autobuses Tapo fue descubierta por personal de seguridad, quien la detuvo y comenzó una investigación. La mujer se encontraba junto con su pareja sentimental, de nombre Alfonso, quien corroboró la versión.
Miguel Ángel parecía inconsciente, pero en realidad ya no respiraba, y así lo confirmaron los paramédicos, quienes informaron que no presentaba signos vitales. Posteriormente un médico certificó que un infarto agudo al miocardio y ataque epiléptico fueron las causas de la muerte presentada en el Certificado de defunción.
La Procuraduría local indicó que el menor fue trasladado a su lugar de residencia en el Estado de México, después de los trámites funerarios y administrativos respectivos, indicó la PGJ local través de un comunicado.
La noticia ha causado estupor y consternación. Los ususarios de internet se preguntan ¿a dónde tiene llegar una madre, con todo su dolor, para atreverse a hacer algo así?
El hecho, que tiene muchas aristas, contempla la tristeza por la que debe estar pasando la madre, para, además, someterse a una investigación para saber si ella y su pareja son o no responsables en la muerte de Miguel Ángel.
La angustia de una eventual pena en prisión.
"Dolor más grande de esa madre tener que llevar a su hijo muerto a cuestas escondido para poderlo enterrar, la incapacidad de poderle dar una sepultura digna a su bebé; qué tristeza", comentan en redes sociales.
Y hay quienes llaman a una colecta para ayudar a esta mujer. Lo cierto es que la nota es impactante y, como dice uno de los internautas, son noticias "que te dejan un nudo en la garganta".
Y mucho en qué reflexionar.
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