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Coahuila

Tenemos hambre, claman migrantes indocumentados

Por Mariela Pulgarín - 26 mayo, 2019 - 09:48 p.m.
Tenemos hambre, claman migrantes indocumentadosGrupos de migrantes ofrecen lavar automóviles a cambio de unas monedas.

Los migrantes africanos tienen hambre. Llegaron a esta frontera, a la que llaman ‘la antesala del sueño americano’, con  todas las expectativas por delante. Sin embargo, nunca imaginaron las tribulaciones que sufrirían en su intento por alcanzar territorio estadounidense. Tienen hambre.

La reportera intenta tomar una fotografía, pero una voz en un apenas entendible español dispara: ‘A 100 dólares la foto’.

Sienten que su situación no le interesa a nadie, ni a las autoridades municipales, que ven para otro lado mientras ellos deambulan como fantasmas, cerca de algunas plazas realizando actividades sencillas para obtener apenas algunas monedas.

En una iglesia cercana, un grupo numeroso de mujeres y niños descansa mientras los hombres buscan clientes que les permitan lavar sus coches. Un automovilista se detiene y le ofrece a mi entrevistado un poco de alimento, lo que le sobró de un combo comprado en un negocio de comida rápida.

Brandon dice haber llegado con su familia: su mujer y dos hijos pequeños, hace dos semanas.

Ya fue contactado por traficantes de personas con el ofrecimiento de “pasarlos” al otro lado, pero les cobran mil dólares, y él ya no tiene dinero; lo que traía lo gastó en el trayecto desde su país.

Dice que todos los que se acercan a ellos sólo lo hacen para sacar algún provecho, pero no para ayudarles. “La policía -dice- nada más abusa de nosotros, en lugar de ayudarnos”.

Brandon comenta que ése es el motivo por el que buscan cobijo en la iglesia y procuran estar lo menos posible en las plazas, por seguridad, y para evitar ser molestados por las patrullas.

Agrega que no cuentan con ropa adecuada y que nadie los ayuda en su proceso de asilo político en Estados Unidos.

Brandon lleva varias horas en los alrededores de la Jurisdicción No. 1 de la Secretaría de Salud, lavando coches, con la ayuda de un menor que muestra un letrero ofreciendo el servicio: “Lo que sea su voluntad”.

Otros se alojan en el Comedor del Migrante, donde ya hay aproximadamente 50 personas que  tienen meses esperando ser tomados en cuenta para el ansiado proceso de asilo político en Estados Unidos.

Los migrantes se muestran renuentes a que les tomen fotografías, pues no quieren que se saque provecho de su condición de refugiados, y menos si ellos no obtienen ningún beneficio.

‘Queremos 100 dólares por la foto’, insisten.

‘Nos han tomado miles de fotos en el albergue y mire como estamos, mal vestidos y con mucha hambre, por eso estamos limpiando carros’, manifestaron mostrando su ropa desgastada, a la vez que se llevaban la mano al estómago para señalar que está vacío.

La mayoría de estos hombres tiene esposas e hijos que deben mantener; es lo que más les preocupa, por eso huyeron de su país violento y pobre.

Temen que su largo viaje haya sido en vano, pues ahora están sufriendo hambre.

Dice que, a su llegada, las autoridades -no especificó cuáles- les prometieron ayuda, pero no les han cumplido, Y agregaron que ahora menos, pues han sabido que los constantes intentos de migrantes por cruzar el Río Bravo y las numerosas muertes en el caudal han provocado que se cierren las listas de espera de quienes buscan asilo político.

Confiesan que no desean emplearse o permanecer en esta región, pues vinieron con una sola meta que es la de alcanzar el ‘sueño americano’.

Cientos de migrantes padecen hambre en su estancia en la ciudad, ante la imposibilidad de pasar a territorio estadounidense.

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