Una joven estadounidense pidió a su amigo que le cuidara a su pequeña perrita de tan sólo 1,5 kilos sin pensar que sería víctima de un abuso terrible.
Se trata de Betty Boo, de raza Yorkie por la que hoy en día piden justicia en redes sociales para encontrar al mejor abogado y asegurarse que el agresor Samuel Smith de 24 años sea puesto tras las rejas, quien le arrojó agua hirviendo y luego la metió a la nevera.
Su dueña Sara Durbin creó una campaña denominada campaña en Gofundme para juntar fondos, pero no para la atención medica de Betty Boo, sino para contratar al abogado.
La perrita sufrió daños en su piel, principalmente en su cabeza y ojos.
La propietaria informó que ha faltado a su trabajo para poder atender a su mascota y aunque ha tenido que pagar mucho dinero en la veterinaria para atender a su perrita, sólo pide ayuda y oraciones para Betty Boo mejore, ya que dijo "no merecía tal agresión".
El agresor reside en West Monroe, Lousiana, Estados Unidos, y fue arrestado el pasado 14 de diciembre por crueldad animal agravada por parte del Centro de Correccional de Ouachita y su fianza es de 5 mil dólares.
Según Smith, dijo a la mujer que la perrita se había escapado y regresado a casa con tales heridas en su cara.
Sin embargo, se encontró que en el refrigerador había restos del pelaje de la perra. La heladera tenía gotas de sangre y pelos de la perra.
Al ser llevado por los oficiales de seguridad, el joven admitió haberle lanzado agua caliente a la perra en el bao y luego la colocó en una bandeja en el refrigerador por 30 segundos.
Dijo que no le gustaba la perra pero que "sólo estaba jugando con ella".
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