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Coahuila

Triste adiós a don Tomás

Por Staff / La Voz - 04 febrero, 2017 - 04:17 a.m.
Triste adiós a don Tomás

Un infarto fue el que le arrancó la vida a don Tomás Yáñez Armendáriz, cuando este se encontraba vagando por el cañón del Coyote, donde quedó tendido, hasta ser encontrado el día de ayer por un pastor que recorría el área.

El hombre de 72 años, que se encontraba desaparecido desde el 31 de diciembre, tenía de 3 a 4 semanas sin vida, según el acta de defunción entregada a la familia Yáñez Nájera, quien el día de ayer le dio cristiana sepultura en el panteón Guadalupe.

“Ya como quiera está descansando, ya sé dónde está, ya sé dónde lo tengo, aunque le faltaban unas partes de su cuerpo ya lo enterramos aquí”, dijo doña Goyita Nájera, esposa del hoy occiso, que se encontraba hundida en la tristeza y el dolor, al momento de darle el último adiós a su marido.

Los cuatro hijos de don Tomás, nietos y demás familiares, estuvieron en el entierro de sus restos, ahí también acudieron los vecinos de la colonia Las Flores a despedirse, ya que por el estado de avanzada descomposición, la funeraria selló el ataúd y solo dos de sus hijos le reconocieron.

Don Tomás Yáñez Torres, padecía Alzheimer desde el mes de agosto del 2015, esta enfermedad es una forma de demencia que afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento.

Tomás Yáñez Armendáriz, nació en el vecino municipio de Castaños 72 años atrás, al pasar los años, formó un matrimonio con Guadalupe Yáñez y se desempeñó en la empresa Rebasa, hasta el día de su jubilación, al avanzar esta relación procrearon cuatro hijos, Tomás fue el primero de ellos, Guadalupe y Laura las siguientes y finalmente Juan Francisco, quien padece de sus facultades mentales.

La unidad entre doña Goyita y don Tomás siempre prevalecía y se reforzó aún más cuando al envejecer juntos, a él le detectaron los principios del Alzheimer, no se separaban ni un solo momento.

La primera vez que se extravió, él salió de casa para ir a la tiendita cercana a su casa, sin embargo, no regresó, esto se aconteció la tarde de un sábado y pasó el domingo y posteriormente al llegar el lunes, cuando todos lo buscaban por la ciudad, regresó por su propio pie, lleno de lodo y golpeado.

Narró a sus familiares cómo salió con intenciones de ir a comprar a la tiendita de la esquina, pero al caminar se le borró todo de la memoria y siguió y siguió sin rumbo fijo.

Llego a las faldas del cerro y cayó por accidente en un pozo con lodo, de donde no podía salir, pasaron más de 12 horas para que el viejecito pudiera salir por sí mismo del lugar, y al hacerlo ya tenía uso de conciencia, por lo que regresó nuevamente a su casa.

Así pasaron dos o tres ocasiones más en que don Tomas se perdió, por lo que su esposa, también de avanzada edad, no se le separaba ni un solo momento, todo marchaba bien hasta que el pasado 31 de diciembre, durante la madrugada, aparentemente salió de su casa por su propio pie.

Tres semanas tenía que había muerto, lo encontró un pastor allá por Rebasa.

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