Antes de Trump, las biografías de los presidentes de los Estados Unidos solían abundar en hazañas bélicas (Grant, Teddy Roosevelt, Eisenhower, Kennedy...). El nuevo inquilino de la Casa Blanca, en cambio, abre la lista de quienes llegan al cargo tras una vida bajo los focos de los medios de comunicación pero por su parte más frívola, tanto por los temas protagonizados como por la forma de abordar otros más serios.Donald Trump, por ejemplo, pasó mucho tiempo 'expuesto' a cuenta de su relación con Mike Tyson. Asi, no tuvo empacho en declarar "una farsa" la condena por violación que se impuso al púgil en 1992 por violar a Desiré Washington, una modelo de 18 años aspirante a Miss América Negra. Tyson siempre negó la violación, pero una juez impuso esa sentencia al ya ex campeón mundial de los pesos pesados, de 25 años entonces. La fiscalía pedía 20 años pero la jueza, con fama de implacable con este tipo de delitos, lo dejó en seis con la posibilidad de salir de la cárcel por buena conducta a los dos años.
Los medios de comunicación, evidentemente, se volcaron con el proceso. Uno de los programas que con más fruición siguió todos los detalles fue el show radiofónico de Howard Stern. Durante la campaña electoral la CNN ha recuperado una grabación en la cual Donald Trump juzgaba que la agresión sexual no era creíble: "Era una mujer que al día siguiente de la violación estaba bailando en el concurso de modelos, y sonriendo. Y estaba en su habitación a altas horas de la madrugada por voluntad propia". Trump se extendía "He visto a mujeres rodeándo a Mike, tocándole, agarrándole su culo y todo lo que se puede agarrar"... Donald Trump nunca fue mánager de Mike Tyson, el rey de los pesos pesados en los 80 y primeros 90 -ese puesto correspondía a Don King-. Pero fue un importante promotor de sus combates. Tras el éxito del Mike Tyson-Michael Spinks organizado por Trump en Atlantic City, donde el magnate tenía importantes intereses en hoteles y casinos. Donald pretendía que Tyson convirtiera Atlantic City en la sede principal de sus combates, pero la sentencia echó por tierra aquel negocio.
La sentencia por violación contra Tyson fue una farsa"
Donald Trump, en 1992
Pero Trump y Tyson mantuvieron una relación intensa, que se ha visto correspondida ahora por el apoyo del ex boxeador al candidato electoral. Muestra de la confianza que tenía en él es la anécdota, previa al juicio por violación, narrada por Timothy L. O'Brien en su libro "Trump Nation": Cierto día, Mike irrumpió en el despacho de Trump con una revista en la que aparecía su esposa, Robin Givens, en el yate de Donald. Y le preguntó airado "¿Te estás tirando a mi mujer?". Trump le respondió: "Esos rumores me fastidian. Ella es tu mujer. Ella está contigo. Ella es leal. Son sandeces. Es falso. Te doy mi palabra". Y Mike aceptó su palabra y, cansado, se echó a dormir en un diván de la oficina de Donald... Tiempo después Tyson y Givens, casados de 1988 a 1990 se divorciaron. En el proceso, Givens alegó violencia doméstica. Howard Stern, preguntado por las declaraciones machistas en su programa, fue escueto: "Así es Donald".
El Universal
