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Coahuila

Un ángel sin alas alma de acero ... pero huesos de cristal

Por Mónica Meza - 30 abril, 2017 - 00:34 a.m.
Un ángel sin alas alma de acero ... pero huesos de cristal

Luis Ángel padece Osteogénesis   imperfecta

FRONTERA COAH.- Su sonrisa intensa, sus ojos grandes, penetrantes, tan llenos de luz que pareciera transmitir sus pensamientos. Ese es Luis Ángel, no tan frágil como sus huesos, a pesar de las constantes fracturas este pequeño de 9 años es tan fuerte como el acero.

La Osteogénesis imperfecta lo transformó en un pequeño ser que irradia calma, paz y amor, sus huesos son extraordinariamente sensibles pero su alma es la de un guerrero luchando por vivir.

La falta de colágeno I, una proteína esencial en los huesos transfiguró su cuerpo, ha tenido decenas de fracturas en sus piernas, desde su nacimiento el 06 de diciembre del 2008.

La enfermedad se le detectó en la prueba del tamiz y es también conocida como “Huesos de cristal”, por la similitud entre la fragilidad del cristal con los huesos, es un mal genético.

Se caracteriza por la fragilidad excesiva de los huesos como consecuencia de una deficiencia congénita, quienes portan el defecto tienen menos colágeno de lo normal o es de una menor calidad.

Esto ha influido en su baja estatura, su pecho cada día se abulta, no camina, sus piernas son pequeñas y curvadas, sus huesos que crecen en forma de pico parecieran lastimarlo por intentar atravesar su piel.

Sus brazos también se deforman poco a poco, reemplazan la función de sus piernas, con ellos se sostiene sobre el suelo para levantar su cuerpo y avanzar.

Cuando se detectó la enfermedad estuvo en tratamiento durante 6 meses en el IMSS, hasta que llegó la hora de empezar con las operaciones, para entonces el traumatólogo dijo que era muy riesgoso, que no tenía caso porque sus piernas volverían a deformarse.

Desde entonces y a pesar del constante dolor Luis Ángel vive la vida, sin límites pero con cuidado especial, no hay tiempo definido para que siga viviendo y desgraciadamente aún no existe un tratamiento que cure la enfermedad.

Luis Ángel Cerda Rodríguez estudia en la Primaria Josefa Ortiz, cursa cuarto año, es el segundo de los tres hijos de Deyanira Rodríguez Zapata, desmedidamente platicador con los que conoce y tímido con quienes ha visto por primera vez .

Le gusta jugar al futbol con su hermano de 4 años, además sabe bailar el trompo y juega a los carritos.

“Me gusta jugar a los carritos y a los monos de lucha y superhéroes”, dijo tímidamente con una gran sonrisa y unos hermosos ojos iluminados.

“Wicho ha iluminado mi vida y la de todos en la familia”, señaló su madre.

Ha hecho un gran esfuerzo por darle a sus hijos una buena vida, para ello ha tenido que trabajar y dejarlos encargados con algún familiar, a pesar de los riesgos que esto representa sobre todo por Luis, pero no es autosuficiente.

En la Calle Josefa Ortiz, entre Oriental y Sinaloa número 505 de la Colonia Borja, se encuentra la vivienda en la que habita toda la familia, la abuela, las tías y primas, en un cuarto pequeño están Deyanira Rodríguez, su esposo y sus tres hijos, no existe la comodidad, ni siquiera para Wicho.

Desde hace tiempo han ido adecuando un cuarto mejor que se encuentra en el mismo lugar pero en la parte trasera, aún falta mucho por invertir, lo ideal sería adquirir dos láminas y entonces poder cambiarse.

“Ha sido difícil, he pensado mucho porqué le pasó a mi hijo, me dijeron que es genético pero ni yo ni mi esposo tenemos familia con esta enfermedad, Dios me puso esta prueba para cuidar de mi hijo”, señala la madre de Luis Ángel resignada a lo que marcó el destino.

Luis Ángel es un niño especial, no por su enfermedad si no por la forma en que día a día vive, por ello es justo reconocerlo y dar a conocer su historia en este Día del Niño.

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