Su sueño es regresar al diamante para volver a jugar y reunirse con sus compañeros. Jaden, es uno de los peloteritos más cumplidos del club Sultanes de la colonia Aguilar y fue reconocido por su entrega y pasión.
Jaden Asahí Vázquez Reséndiz, nació el 17 de septiembre del 2013 y es hijo único de Karla Aracely Reséndiz. Actualmente, tiene 6 años, es filder y pitcher, vive en la colonia Héroes del 47 y estudiará segundo grado de primaria en la escuela Lic. Adolfo López Mateo.
Vázquez Reséndiz comenzó a practicar deportes en el kínder Niceforo Rodríguez Maldonado, pero su madre buscó un deporte en conjunto. Fue a través de las redes sociales que se enteró del club Sultanes de la colonia Aguilar.
En septiembre del 2017, con tan sólo cuatro años, Jaden se fue enamorando del rey de los deportes. Su primer entrenador fue Juan Antonio Esquivel, hijo de Javier Esquivel. Poco a poco, aprendió a batear, atrapar la bola y su posición fue jardinero.
En un principio, era jugador de cortesía por su corta edad y cuando cumplió la suficiente se convirtió en pieza clave. En el bateo conectó a diestra y siniestra, y en los jardines atrapó la bola como los grandes.
Uno de los partidos más simbólicos fue contra los Diablos de la Obrera, quienes eran año tope; Jaden y sus amigos, no se quedaron con los brazos cruzados y metieron a sus rivales en serios problemas.
Él se fue de 4-4 y estuvo en el cuadro al cien por ciento, sin embargo, el resultado no fue positivo, aun así ganaron experiencia.
“Tenemos muchas anécdotas. Una fue contra Acereritos, estaba bateando, tenía dos out y conectó un doblete que impulsó una carrera. El otro ante Bravos, bateó por segunda, corrió y se detuvo pensando que ya habían atrapado la bola, pero se le cayó, luego ocurrió lo mismo en segunda y llegó hasta tercera”, expresó la orgullosa madre.
Conforme pasaron los meses, recibió la convocatoria para integrarse a la Selección de La Ribereña, entrenó duro y participó en el Estatal de Federación.
En el partido más significativo contra Torreón, realizó una gran atrapada que sorprendió a los presentes, por si fuera poco, tiró a primera para sacar doble play; y ante Saltillo pegó dos tremendos batazos para producir carreras. En ese torneo, la Selección se colocó en cuarto lugar.
En la categoría Moyotes, en el 2019 comenzó a adaptarse al bateo, porque es una bola un poco pesada, y sobre todo al pitcheo de los niños.
Trató de adaptarse lo más rápido posible, conectó con fuerza y cambió a la posición de short stop. En su primera temporada, logró llegar a la final después de una gran campaña. El rival fue Gigantes, quien era favorito.
En el primer compromiso de la serie, su actuación fue sobresaliente y se quedaron con la victoria, pero en la segunda tuvieron una mala salida. En el último las cosas estuvieron bastante reñidas y no se dio el resultado.
Lejos de decaer, festejaron el subcampeonato a lo grande, y lo convirtieron en un área de oportunidad.
Nuevamente recibió la convocatoria a la Selección Ribereña, esta vez para el Nacional de Puebla en Semana Santa. El manager Kaleb Fabela descubrió las cualidades no como filder sino como pitcher. Durante varios meses estuvo practicando la técnica y tomó confianza en el montículo, sin embargo, por la pandemia se pospuso el evento.
Durante tres meses se mantuvo en casa entrenando y tras la reapertura de gimnasios regresaron a las practicas con la Selección Ribereña en una reconocida jaula de bateo.
Su objetivo es convertirse en un gran beisbolista y conectar un cuadrangular para dedicárselo a su mamá, y su principal sueño es representar a Coahuila en el nacional.
