Un hecho insólito es el que se suscitó alrededor de una cárcel ubicada en Alajuela, una provincia aledaña a San José, Costa Rica, en donde se desató un operativo policíaco para detener ¡a un gato! e impedir que ingresara a la penitenciaría.
David Delgado, jefe de prensa del Ministerio de Justicia de dicho país, explicó que algunos presos se han dedicado a entrenar gatos callejeros para que estos animales ingresen y lleven varios artículos que están prohibidos, burlando así la seguridad del penal.
Delgado indicó que este es el segundo gato que fue cachado intentado ingresar a la cárcel, llevando amarrado en su lomo un teléfono celular.
La policía interceptó al minino antes de que entrara, le quitaron el teléfono y lo dejaron ir.