A partir del paso 1ro. de Julio, dejó de estar vigente el Tratado de Libre Comercio para América del Norte, TLCAN, y comenzó a entrar en vigor el Tratado México, Estados Unidos y Canadá T-MEC, con todos los compromisos inherentes para los tres países.
No obstante, fue necesario el cumplimiento de varios compromisos por parte de México, entre ellos que la modificación por parte del Congreso y Cámara de Senadores de diversas leyes, como la Ley Federal de Propiedad Industrial, Ley Federal de Derechos de Autor, el Código Penal Federal, tal como se comprometió cuando se firmó el T-MEC.
La Secretaria de Relaciones Exteriores cumplió con la publicación del Decreto Promulgatorio del Protocolo con el que sustituyó el T-MEC al Tratado de Libre de Comercio (TLCAN) y de esta forma se cumplió también con los pasos necesarios que se establecieron en la cumbre en Buenos Aires, Argentina el 30 de noviembre del 2018, justo un día antes de que terminara la administración del Presidente Peña Nieto.
Adicionalmente se incluyó el Protocolo Modificatorio que se firmó en Diciembre del 2019 y los 6 acuerdos paralelos firmados entre Estados Unidos y Canadá en Buenos Aires.
La principal diferencia entre el TLCAN y el T-MEC es el número de capítulos con los que cuenta cada Tratado; EL TLCAN contaba con 22 Capítulos, mientras que el actual T-MEC cuenta con 34 capítulos. El objetivo con esta actualización es que se impulse el comercio para que sea beneficioso para todas las partes y posibilite mayor libertad en los mercados, un comercio más justo y un sólido crecimiento económico en América del Norte con certidumbre jurídica, que tanta falta hace ante los cambios recientes de Política Económica que ha hecho desafortunadamente el Presidente López Obrador.
Lo positivo es que El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) continuará con los aciertos del tratado original, el TLCAN, y dentro de esos logros cabe destacar la eliminación de barreras arancelarias, el incremento de las exportaciones (Más del 80% de las exportaciones mexicanas son hacia EUA), una mayor atracción de inversión extranjera directa y la generación de cadenas regionales de valor (Supply Chain), donde México ha tenido importantes ventajas competitivas, a pesar de que menos de la mitad de las exportaciones mexicanas, son de empresas 100% mexicanas. En su gran mayoría son empresas mexicanas de capital extranjeros. Es decir, de Inversionistas extranjeros, (Principalmente de capital estadounidense), con filiales aquí en México. Para muestra podemos mencionar a las armadoras de Tractocamiones y de Vehículos comerciales por citar un ejemplo, son exportaciones de empresas Mexicanas de Capital extranjero (Ford México, General Motors México, Chrysler México, Navistar, Caterpillar, por mencionar algunos ejemplos de empresas legalmente mexicanas con capital estadounidense.
En todos los rubros anteriores el TLCAN tuvo importantes logros y/o resultados. Los aranceles como sabemos se redujeron a cero en un período de 15 años (1994-2009); es decir, las mercancías ya no tienen impuestos de comercio exterior (aranceles) que pagar.
Si analizamos brevemente respecto a la atracción de inversión extranjera directa (IED) por parte de los países de América del Norte, tan solo Estados Unidos representa aproximadamente el 46% de la IED en México. En el marco de las exportaciones las exportaciones a Estados Unidos, representan para México mas de $360 mil millones de dólares y un comercio bilateral de casi el doble.
Sin embargo, el nuevo T-MEC tiene retos aún mayores ya que en un contexto de globalización el panorama luce complejo en diversos ámbitos: caída en los precios del petróleo, volatilidad en los mercados financieros, conflicto comercial entre China y Estados Unidos, pandemia derivada del COVID-19 y por nuestra parte un Presidente de México de Izquierda cuasi-socialista, que ha arruinado nuestra economía en menos de un año y medio con sus lamentables decisiones que han afectado la credibilidad y el arribo de nuevas inversiones al país. Con 4 decisiones prácticamente sumió al país en la desconfianza y aniquiló la credibilidad que tomo décadas formar, comenzado con la cancelación del Proyecto del Aeropuerto de Texcoco, La consulta y cancelación de la Inversión de Constellation Brands en Baja California, las inversiones en las refinerías y por último en el cambio a la política energética cancelando licitaciones petroleras y eléctricas, nulificando negociaciones privadas de contratos que tomaron parte desde antes de que comenzara su sexenio, llevando consigo la degradación de calificaciones crediticias del país y de las empresas paraestatales como PEMEX
No obstante, de las lamentables y fallidas decisiones del presidente López Obrador, el T-MEC tiene el objetivo a bien de consolidar a Norteamérica como la región más competitiva del mundo, y existen varios elementos para reforzar esa visión de competencia a escala global. Sin embargo, es solo un mecanismo, mas no la solución per-se a la crisis económica que vivimos actualmente en México. Afortunadamente el T-MEC es un mecanismo de largo plazo y la coyuntura política actual de izquierda de López Obrador, esperemos en verdad sea solo por los próximos cuatro años.
El mercado formado por México, Estados Unidos y Canadá representa una población de casi 500 millones de consumidores. Aunado a ello, las tres economías son complementarias y los tres países aportan distintas ventajas competitivas a la región, desde los vastos recursos naturales de Canadá, el poder adquisitivo estadounidense y el capital humano calificado y fuerza laboral de México.
El T-MEC nos da la oportunidad de presentar a la región de Norteamérica como un frente común ante distintas regiones del mundo, a su vez, nos da muchas ventajas en lo geopolítico, económico y comercial, ya que el bloque norteamericano puede plantarse de forma unida frente a otras regiones como Europa, los países del Asia Pacífico o la misma China.
El acuerdo, va a representar oportunidades para México y simultáneamente va a generar un reacomodo en las cadenas de suministro y abrirá ventanas de oportunidad para México y, por ende, para los tres países de Norteamérica.
Existe la posibilidad de que muchas compañías cambien sus líneas de producción a Norteamérica, y ahí se encuentra la ocasión ideal para ofrecer la plataforma manufacturera de México y de todo el bloque regional para atraer nuevas inversiones, especialmente si quieren continuar abasteciendo el mercado norteamericano.
En conclusión, estoy convencido que el T-MEC es un excelente “vehículo” para reafirmar y relanzar a la región en un contexto de incertidumbre originada por la pandemia por un lado y por otro por las pésimas políticas económicas del Presidente López Obrador. No obstante, es igual de importante cumplir puntualmente con los lineamientos técnicos, tal es el caso de las reglas uniformes o las propias reglas de origen. Es importante, que a pesar de los infortunios económicos que ha traído tanto la Pandemia como la política económica del Presidente, hay que mantener la visión estratégica ante los enormes retos que se avecinan, pues México y Norteamérica aún tienen excelentes condiciones para la competencia mundial y sobre todo tomar ventaja de la guerra comercial que ha surgido entre los Estados Unidos y China.
Twitter @Samuel_Pena_G
(*) EL AUTOR ES LICENCIADO EN DERECHO POR EL TEC DE MONTERREY –ITESM-, CON MAESTRIA EN DERECHO INTERNACIONAL (LL.M) POR AMERICAN UNIVERSITY, WASHINGTON COLLEGE OF LAW Y MAESTRIA EN ADMINISTRACION PUBLICA (MPA) POR LA GEORGE WASHINGTON UNIVERSITY. HA SIDO CATEDRATICO EN LA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE NUEVO LEON –UANL. DE POSGRADO EN LA UNIVERSIDAD REGIOMONTANA UERRE. HA SIDO DIRECTOR DE INVERSION EXTRANJERA Y SUBSECRETARIO DE INVERSION Y FOMENTO INDUSTRIAL DEL ESTADO DE NUEVO LEON. ACTUALMENTE ES CATEDRATICO DE LA UNIVERSIDAD DE MONTERREY (UDEM) Y MIEMBRO DE LA ASOCIACION NACIONAL DE EMPRESARIOS INDEPENDIENTES (ANEI). LAS OPINIONES EXPRESADAS, SON EXCLUSIVAS DEL AUTOR Y NO REPRESENTAN LA DE LAS INSTITUCIONES CON LAS QUE EL AUTOR SE ENCUENTRA VINCULADO.
