Castaños.-Tras ver reducidos sus ingresos con el fallecimiento de su esposo y ante la necesidad de alimentación, vestido y casa, además de la situación de sus dos únicos hijos que padecen de discapacidad, doña Margarita Sánchez de Ruiz decidió dedicarse a pepenar.
Sus ingresos van de 30 a 40 pesos diarios luego de unas largas horas de trabajo, aluminio, pet y fierro es lo que afanosamente busca para después seleccionar y caminar desde la colonia Independencia hasta la zona Centro a vender lo recolectado.
La alimentación es de frijol y tortilla de maíz, cuando alcanza hay huevo o leche, se logra sobrevivir con la pensión de mil 200 pesos que le dejó su esposo y que apenas si alcanza para pagar el agua y la luz de la casa que recién levantaba de la mano de su compañero de vida que se adelantó en el viaje sin regreso.
Su preocupación diaria son sus hijos quienes padecen de una enfermedad que les incapacita a trabajar y apenas son independientes aún y que son ya mayores de entre 35 y los 40 años de edad.
Sin más apoyo gubernamental que una despensa mensual que provee el DIF municipal no hay más acciones de asistencia social que arropen y den cabida a sus carencias, ella sola tiene que sacar adelante a sus hijos, levantarse temprano darles de comer lo que hay y salir a las 9 en busca del pan diario.
Los mil pesos de pensión se vuelven agua ante los pagos de agua y luz y cuando llega alguna enfermedad hay que pedir prestado y ya después Dios dirá para poder pagar “hay que buscar con más fuerza el pedazo de plástico o fierro o el bote de aluminio que le trae más ganancias” finalizó.
