Frontera.-Alrededor de 20 vendedores se instalaron desde temprana hora en la entrada de la capilla que se ubica en la calle Primero de Mayo de la colonia Borja para ofrecer todo tipo de productos a los cientos de asistentes al Viacrucis.
Al finalizar la procesión del Viacrusis viviente, uno de los encargados de este evento detalló unas palabras con mucho significado y que en la actualidad miles de mexicanos vivimos.
“Entre nosotros hay muchos Cristos que están siendo clavados, en sus rostros se ve el dolor de cada martillazo de los clavos con sangre de injustos, son las caras de los campesinos, los rostros de los niños hambrientos, la cara de los trabajadores que ya no ríen porque hay mucha tristeza en su vida, es la cara de las mujeres oprimidas, maltratadas y desempleadas todos ellos sienten a cada momento los clavos del desempleo, del abuso y la explotación, son los martillazos de las matanzas y la represiones, Cristo sigue siendo crucificado hoy”.
Para el señor José Mendoza de 74 años de edad, el vivir día a día es un Viacrucis por las bajas ventas de sus alimentos, solo en fechas como estas trata de sacar al menos cien pesos más que lo de costumbre, pues es mucha la competencia.
José Mendoza se dedica a la venta de yukis y frutas, aprovechó este día donde cientos de personas se reúnen para celebrar la muerte de Jesucristo y aprovechar un poco de sus ventas, pues diariamente tras recorrer gran cantidad de calles de la ciudad solo cien pesos es lo que logra vender.
Detalló solo sacar el recurso para mal comer, de él dependen su esposa y un nieto, quien aún cuando tiene un empleo, los gastos para ropa, comida, transporte, no son suficientes. A su edad padece de mala circulación en sus piernas lo que le dificulta caminar, asimismo de su ojo derecho ya no tiene visibilidad y los achaques de su edad complican en ocasiones salir a trabajar.
