Tras la nula atención de dependencias municipales de proponer programas integrales de salud mental para las personas que viven en la calle que padecen de sus facultades mentales, recae en la población el cuidado completo y ver por ellos en su alimentación y cobijo.
Aunado de no hacer nada estas personas deambulan por el centro histórico de la ciudad, provocando pena entre los visitantes extranjeros que amablemente les dan un apoyo al acercarse algunos a pedirles una moneda siendo esta una responsabilidad de las autoridades municipales mínimo de darles la ayuda necesaria.
Es cierto que en Coahuila no existen clínicas mentales, pero de acuerdo a la opinión de algunos ciudadanos, se debería tomar el modelo de otros países que destinan presupuestos para mantener a estas personas que no tiene donde vivir; además de estar en limbo a consecuencia de que padecen de sus facultades mentales.