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Coahuila

Viven hondureños ”sueño mexicano”

Roberto Ortiz
Por Roberto Ortiz - 19 diciembre, 2016 - 04:11 a.m.
Viven hondureños ”sueño mexicano”

Además de ser víctimas de la delincuencia están a merced del hambre y las bajas temperaturas de Coahuila

Agobiados por la violencia que viven en su país donde los jóvenes son blanco fácil de reclutamiento delincuencial y ataviados con apenas la ropa que llevan puesta y llevando la idea de que el “sueño americano” acabará sus problemas, migrantes hondureños se convierten en pedigüeños en las calles de la ciudad para sobrevivir a la interminable travesía que arrancaron 45 dias atrás.

José Antonio y Ervey, de 20 y 18 años respectivamente, son tan solo dos de los miles de hondureños que pasan por nuestro País, con la ilusión de llegar a los Estados Unidos donde esperan tener una mejor vida, una vida que su propio País no les pudo ofrecer.

Junto a ellos está Kevin Alexander de 27 años de edad, quien apenas el pasado mes de agosto fue deportado a su País, tras haber ingreso ilegalmente a Estados Unidos y ahora su idea es de conseguir nuevamente cruzar o caso contrario, ser detenido por Migración y ser llevado nuevamente en avión a su natal Tegucigalpa, la capital de Honduras. Los tres, salieron de su país 45 días atrás porque la Mara Salvatrucha los obligó, a los dos primeros por su juventud, pues representan para la delincuencia un potencial que pueden ocupar lanzándolos a cometer todo tipo de delitos.

De hecho, José Antonio quien tiene un tatuaje de tres puntos en la parte derecha de su ojo derecho, recuerda que ese es el peor error cometido en su corta vida, porque a pesar de reconocer que perteneció a una pandilla la cual asegura dejó años atrás para sumarse al esfuerzo diario de trabajo de su padre, ahora por el solo hecho de estar marcado, la mara buscaba reclutarlo.

Por eso, fue que decidió salir de su país y encaminarse a los Estados Unidos, dejando atrás a su padres que con dolor vieron como su hijo se vio en la necesidad de salir de su país, donde nadie ofrece garantías de seguridad para nadie.

En el caso de Ervey, el menor de estos tres migrantes, el solo hecho de contar con 18 años, se refleja como su propio castigo, pues asegura que para los grupos delincuenciales en su país, es la edad perfecta para meterlo al mundo de las drogas y las armas, razón por la que se vio obligado a dejar su trabajo como mecánico de motos, oficio que aprendió desde temprana edad y que era lo que le daba para sobrevivir en un país donde la ley, según sus comentarios, no existe.

Plantados en medio de la calle República del Salvador en la colonia Guadalupe, los migrantes pedían ayer la caridad de los monclovenses, señalando Kevin Alexander que es triste tener que llegar a la caridad, pero sostuvo que no tienen otra alternativa para poder sobrevivir. Dijo que en su caso, es la segunda ocasión que se aventura a lograr el sueño americano, pues la primera a pesar de conseguirlo, fue encontrado por Migración y retornado a su país de origen, donde dejó a sus hijos Asley de 7 años y Kevin de 5 por quienes espera conseguir “plata” para que puedan sobrevivir en Honduras.

Kevin Alexander, expresó que no hay temor en su travesía porque es mucho más fuerte el dolor que siente haber dejado en Honduras a su familia, a sus hijos, a sus padres, a sus hermanos, pero no hay alternativas, ya que en Tegucigalpa están prácticamente obligados a morir por falta de oportunidades o morir formando parte de grupos delictivos.

“Yo no tengo miedo, no le temo ni al mentado Donald Trump, lo que tengo es mucho dolor porque estos muy lejos de mis hijos, tengo mucho dolor porque tengo que vivir de la cariad, tengo dolor de que me acusen de que estos haciendo daño en este País, cuando lo único que busco es llegar a la Frontera y si Dios me lo permite estaré allá antes de la navidad, es muy claro pues, si no paso la migra me agarra y llevan en avión a mi pueblo, pero cuantas veces me regresen, volveré a intentarlo”, aseguró Kevin Alexander.

Yo no tengo miedo, no le temo ni al mentado Donald Trump, lo que tengo es mucho dolor, porque estoy muy lejos de mis hijos, tengo mucho dolor porque tengo que vivir de la caridad, tengo dolor de que me acusen de que estos haciendo daño en este País, cuando lo único que busco es llegar a la Frontera y si Dios me lo permite estaré allá antes de la navidad, es muy claro pues, si no paso la migra me agarra y me llevan en avión a mi pueblo, pero cuantas veces me regresen, volveré a intentarlo”, aseguró Kevin Alexander.

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