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Coahuila

Viven siete en casa sin puerta

Mónica Meza
Por Mónica Meza - 10 diciembre, 2017 - 02:42 a.m.

Brenda Díaz ha sido señalada un sinfín de veces, ha tenido una vida llena de dolor, sufrimiento y carencias, desde los 10 años empezó a salirse de su casa, se iba a vivir con sus amigas para tener el pan de cada día, ya que en su hogar alguien abusaba de ella desde que tenía seis años y lo peor fue que su madre nunca le creyó y la juzgó.

“Sufrí mucho en mi niñez, hubo tocamientos y abuso por parte del que era mi cuñado, yo no sabía que eso fuera malo, mi mamá nunca me explicó y esas cosas fueron horribles”, comentó.

Cuando le dijo a su madre lo que pasaba no le creyó y la regañó, le decía que era una cochina, una puerca y dejada.

Cuando empezó a comprender lo que le pasaba y ver que sus padres siempre la hicieron a un lado, decidió salirse de su hogar, se quedaba con sus compañeras de escuela, ella lo único que buscaba era asegurar la comida.

“Una vez me escapé de la casa y tardaron dos semanas sin encontrarme, yo me iba, no quería estar ahí porque mi padre le pegaba mucho a mi abuelita, yo no quería ver todas esas cosas”, comenta Brenda.

Y así pasó varios años de su vida, de casa en casa a cambio de tener un taco, ella era apenas una niña, no conocía de maldades y ver que sus amigas tenían un hogar, unos padres y lo más importante atención y confianza de ellos, ella anhelaba tener una familia igual aunque fuera solo por unos días.

Cuando cumplió 16 años conoció a su ahora esposo Martín Montes, se juntó con él y un año después tuvo a su primera hija, Dulce Sarahí.

Brenda nunca supo de métodos anticonceptivos, de temas de sexualidad todo esto por la falta de amor de su familia, la falta de atención de sus padres.

Desde entonces y aunque con días difíciles y carencias, Brenda ha sido feliz al lado de su esposo y de sus cinco hijos, Dulce Sarahí de ocho años, José Francisco de seis años, Natalie de cuatro años, Alexander de dos y Magaly de ocho meses.

Prefiere mil veces una vida como la que tiene ahora a repetir las cosas del pasado que fueron muy dolorosas y que no deja de recordar, cosas que también la han hecho fuerte.

“La Navidad es muy triste para mí porque a pesar de tener muchos hijos como dice la gente, me siento sola, mis papás nunca me quisieron, no me apoyaron, no me creyeron”, señala Brenda con una voz está entrecortada.

Hace ocho meses dio a luz en el lugar donde vivía, solo tomada de la mano de su esposo, no pudo llegar al hospital y así nació su hija menor llamada Magaly.

Martín Montes estaba asustado, pensó que todo se trataba de una broma por parte de Brenda, pero no fue así, ella insistía en que la nena estaba por salir de su vientre y fue así, al principio Martín pensó que era un varón cuando vio el cordón umbilical, pero al llegar al hospital Amparo Pape de Benavides le informaron que se trataba de una hermosa niña.

Actualmente Brenda Díaz ya está operada para no tener más hijos, son cinco hijos sus más grandes tesoros a quien tal vez no pueda ofrecerles muchas cosas materiales o juguetes, pero nunca deja de darles de comer.

“Así sean los frijolitos con tortilla pero nunca falta qué comer para ellos, yo puedo aguantar el hambre pero ellos no saben”.

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