Con el fin de obtener los “beneficios” que otorga la ley para quien reconoce su delito, Roberto Guadalupe “L”, aceptó ante el Juez haber asesinado a su hijastro de tres años de edad, con lo que se apegará a un proceso abreviado y una pena máxima que podría ser de 18 años de prisión.
A las 11 de la mañana de este lunes, la puerta de la sala 1 del Centro de Justicia Penal de Frontera se abrió, en el banquillo de los acusados apareció Roberto Guadalupe Lerma Varela acompañado de su abogada de oficio, Paola Cabello.
Al iniciar la audiencia, la defensora solicitó un procedimiento abreviado, es decir que su cliente aceptaba la responsabilidad por el delito de homicidio calificado con premeditación, ventaja, ensañamiento y traición al arrebatarle la vida a golpes a su hijastro de solo 3 años de edad.
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Las últimas palabras del menor fueron “ya papito, no me pegues por favor”.
Con esta decisión, el acusado se niega a un juicio oral con la posibilidad de defenderse aceptando que las pruebas que tienen en su contra, lo que permite una serie de beneficios que reducen su pena, así como el tiempo del proceso legal.
A lo que el Agente del Ministerio Público no presentó ninguna objeción, es por ello que se dio una prórroga de 10 días para que ambas partes negocien la sentencia del inculpado.
Según el Código Penal del Estado, Roberto Guadalupe podría alcanzar una sentencia de 18 a 35 años de prisión, sin embargo al aceptar su culpabilidad podría ser la mínima, incluso a la mínima se le puede reducir hasta un cuarto de pena, por lo que podría ser de 13 años 5 meses depende de las negociaciones entre el Ministerio Público y la defensa.
Al aceptar su responsabilidad por el asesinato de su hijastro de tres años, Roberto Guadalupe “L” podría recibir una pena máxima de 18 años.
De acuerdo a la información del expediente 520/2017, la noche del 24 de septiembre del 2017, el acusado se encontraba en la calle libertad 345 de la colonia 21 de Marzo, conviviendo con algunos amigos.
En el lugar, el pequeño José Luis no contuvo las ganas de ir al baño, y ensució su ropa, lo que generó la molestia de su padrastro quien lo cacheteo enfrente de la gente.
Alrededor de las 00:30 del 25 de septiembre, el acusado junto a la mamá del menor, Rosa Cárdenas, así como sus hijos de 3 y 2 años de edad regresaron a su domicilio ubicado en la calle 20 de noviembre 212 de la colonia Libertad.
Roberto le ordenó al niño que se acostara en un sillón porque iba a pegarle, tomando una rama de un árbol de aproximadamente 2.5 pulgadas de ancho y comenzó a golpearlo salvajemente, frente a su hermano menor y su madre, quien no hizo nada para detenerlo.
Lo golpeó en los glúteos, piernas, rodillas, cara, cabeza, mejilla, codo, mano derecha, abdomen, le reventó el oído, además en el tórax calculando que fueron entre 80 y 100 golpes los que recibió, arrojando heridas de consideración.
Las últimas palabras del menor fueron “ya papito, no me pegues por favor”, momentos después dejó de moverse, perdió signos vitales e inmediatamente lo llevaron a la clínica 8 del Seguro Social donde les notificaron su muerte.
Dentro de los testigos se encuentran Rosa Cárdenas, Magda Ruiz, Daniel Sánchez, Lauro Martínez, así como Miguel Pérez que señalaron al acusado como una persona violenta.
