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Coahuila

‘Yo sabía que estaba muerto’

Por Teresa Muñoz - 12 octubre, 2018 - 11:39 p.m.
‘Yo sabía que estaba muerto’

SABINAS, COAH.- Cinco días permaneció en vigilia la familia de Carlos Santiago Andrade Rodríguez en espera de la recuperación del cuerpo del joven minero en el Río Sabinas.

Ayer, la angustia, el pesar, la desesperación terminaron pues finalmente “Carlos” fue rescatado de las aguas del río.

Yo le he gritado, que venga, que venga conmigo, me canso de gritarle en las noches a mi Dios, si tu decidiste llevártelo está bien, llévatelo, pero entrégame su cuerpo al menos para tener donde ir a llorarle donde ir a ponerle sus flores es lo único que yo pido. Expresó la afligida madre de familia horas antes de que le informaban había aparecido ya el cuerpo de Carlos Santiago.

Durante 5 días la mujer le gritaba a su hijo.

Hoy estoy consciente de todo lo que está pasando y yo sé que Carlos está muerto, yo lo sé, yo lo siento, siento que mi hijo está muerto, pero como lo vuelvo a decir, que el río me dé su cuerpo, porque ya son muchos días para que el estuviera vivo, exclamó la mujer.

Mi hijo como toda persona, tenía su carácter pero era muy alegre, platicador, muy solidario, también con sus compañeros de trabajo en la Mina 9, donde tenía laborando 2 años aproximadamente desempeñándose como operador de maquinaria tumbando carbón.

Siempre muy trabajador, a los 18 años Carlos terminó su prepa en el Cecytec de Minas de Barroterán y me dijo “Sabes que mamá, hasta aquí sigo mis estudios”.

Aquí acamparon durante cinco días.

El era mi hijo menor, pues el mayor Jesús Aarón tiene 34 años de edad, le sigue mi hija Jessica de 31 quien labora en una maquiladora y seguía Carlos el cual se casó con Jessica Guadalupe Nieto Martínez procreando dos niños Carlos Alejandro de 3 años de edad y Brandom Gael Andrade Nieto.

Ese día, el domingo 7 de octubre por la tarde, como mi hijo y su familia vivían en mi casa en la colonia Las Vírgenes, él me dijo de repente, “amá vamos al río es tu último día de vacaciones”, vamos, como una de tantas veces que también habíamos estado aquí en el mismo lugar sin embargo el caudal llevaba menos agua anteriormente.

Yo le dije sí mijo vamos, nomás comemos descansamos un ratito y nos vamos, así lo hicimos, nos venimos, no planeamos nada, y llegamos aquí mi hijo, mi nuera, mis nietos una sobrina y yo.

La familia se desesperaba día con día.

Recordó que minutos antes se tomaron una foto cerca de un árbol para dejarla como recuerdo, posterior mi nuera se metió al agua y en ese momento como nadie sabíamos nadar a Jessica la arrastró la corriente y yo le gritaba a la gente ayúdenla.

En ese momento como mi hijo traía en brazos a su bebé, se lo dio a mi sobrina y este se metió al agua para salvar a su mujer, sin embargo él se sumergió en dos ocasiones y ya no salió en tanto unos testigos lograron poner a salvo a Jessica, comenta Rosa María.

Mi esperanza no decayó porque unas personas me dijeron “Señora ya los sacaron a los dos”, en eso me tranquilice como pude me salí del agua pero al observar a mi nueva no veía a mi hijo y en ese momento pensé lo peor pues observé a un joven que se levantó y comenzó a enjuagarse, ahí vi que no era mi hijo.

Yo comencé a gritar ese no es mi hijo, no es Carlos, donde está y al recordar ese episodio la madre de familia comienza a llorar.

Carlos estaba muy apegado a mí, de niño era bien tremendo, bien travieso y ya de grande me decía “Ama ya quiere que me vaya para Baroterán”, que era donde él vivía en una casa que le prestamos mi esposo y yo pero siempre estuvo con nosotros.

Hoy yo tengo fe, en que recuperen a mi hijo para ello me ha servido mucho que estén aquí sacerdotes, pastores evangélicos, porque quizá si no contara con esa ayuda yo ya me hubiera vuelto loca de dolor.

Por su parte doña Fidencia Andrade expresó horas antes de que encontraran a Carlos para mí “mijo está vivo” él no está muerto, porque mientras yo no vea su cuerpo él está vivo por eso pido a la gente que nos ayude, cualquier cooperación de búsqueda es buena para poder recuperarlo a mi sobrino, señaló la mujer quien desde Minas La Luz se desplazó durante 5 días al campamento que habilitaron en las márgenes del caudal, ahí se recostaban entre las piedras, cocinaban y compartieron el mismo dolor por encontrar a su ser querido a quien el río finalmente les devolvió gracias al apoyo de los rescatistas que lideró en todo momento el comandante de Protección Civil, José Pichardo González.

Comían a la intemperie.

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