“Quiero recuperar Mi vista”: Sonia

Tiene bajo su tutela a un sobrino con problemas auditivos que requiere una cirugía.

Por: Mónica Meza

Sonia Patricia Ortiz Nañez anhela recuperar su vista, un problema de salud que le surgió tras la muerte de su hermana quien le dejó dos hijos, uno de ellos con problemas en los oídos, son de bajos recursos.

Sonia vive en la privada La Sierrita en la colonia con el mismo nombre, número 518, tiene 48 años de edad y desde el pasado mes de septiembre dejó de ver.

“De repente un día desperté con un ojo sin vista y con el otro veía muy poco”, comentó Sonia, dijo que fue justo después de sepultar a su hermana Juana María Ortiz Nañez de 52 años de edad quien falleció de cirrosis debido al medicamento que tomaba.

Le dejó un hijo de 12 años de edad, se llama Cristian René Martínez Ortiz quien tiene un problema en sus oídos ya que no escucha y requiere de una operación aunque tiene seguro social, Sonia no ha podido iniciar los trámites debido a que es ella quien no puede ir al hospital para cumplir la última voluntad de su hermana.

Sonia en cambio, no tiene seguro social y aunque especialistas han tratado su problema en la vista, le comentan que necesita de 23 mil pesos para recuperar la vista.

“Lo único que pido es que la gente se ponga la mano en el corazón y me ayuden a recuperar mi vista, como sea que me puedan apoyar para volver a ver, para atender a mi hijo y mis sobrinos, para poder trabajar”, comentó.

Dijo que es un infierno vivir así, estar bien y de la noche a la mañana dejar de ver, su único hijo está en la secundaria y aunque ella ya no quiere que estudie porque a veces no le da de comer o no hay para que lleve lonche.

“Siento feo, ahora en Navidad no vamos a hacer nada, la pasaremos aquí pero lo único que pido es que Dios me ayude y recobrar mi vista para terminar la última voluntad de mi hermana que era operar a su hijo a quien lo operaron de las amígdalas y de ahí empezó con los problemas, según el médico el hueso detrás de los oídos no se le formó bien”, comentó.

El otro sobrino tiene 22 años de edad no estudió pero ahorita está trabajando en un taller de placas, pero no sabe leer ni escribir.

Además tiene un hermano que vive en la parte de atrás y también se quedó ciego, él tiene cataratas, después se enfermó, es diabético y estuvo a punto de perder los dedos de su pie.

Dijo que entre su hijo y sus sobrinos le ayudan a hacer el quehacer, preparar alimentos cuando hay pues ella no se acostumbra a que no ve, su pareja es albañil pero últimamente no ha conseguido trabajo y lo que hace es recolectar plástico para a diario obtener de 70 a 80 pesos y cuando bien les va, hasta los 200 pesos.

“Son pruebas que Dios le pone a uno, pese a todo lo que ha ocurrido ella no pierde la fe, Dios es el de la última palabra, tiene fe en que la ayudará a recuperar la vista”, comentó.

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