Desplome de AHMSA provoca crisis económica en Frontera y cierre de negocios

La sequía agrava la situación de los negocios en Frontera, limitando el abastecimiento.

Por: Adriana Cruz

La crisis económica derivada del desplome de Altos Hornos de México (AHMSA) continúa golpeando al comercio local, especialmente en la zona Centro de Frontera. Sobre la calle Francisco I. Madero, uno de los principales corredores comerciales, varios negocios han cerrado y quienes permanecen abiertos lo hacen en medio de pérdidas diarias y ventas que ya no alcanzan para sobrevivir.

 

Pedro Olivos, comerciante, quien ha trabajado durante más de 40 años en esta zona, relató que la caída ha sido "histórica" y que muchos de sus compañeros han optado por bajar cortinas definitivamente. "Hay empresas y negocios que ya no pudieron sostenerse. Antes se vendía bien, alcanzaba para pagar empleados, gastos, todo. Ahora ya no queda nada. Las ventas bajaron muchísimo", explicó.

El entrevistado compartió que, en los mejores tiempos, su negocio generaba hasta 3 mil pesos diarios, lo que permitía mantener la operación sin dificultades. Hoy, la realidad es completamente distinta. "Estamos sacando 200, 300 pesos al día... y a veces ni eso. ¿Qué haces con eso? No alcanza ni para pagar ayuda, ni para reponer mercancía. Mucha gente ya no viene porque no les costea trabajar", señaló.

 

La falta de flujo económico en la región, consecuencia directa de la incertidumbre laboral de miles de familias que dependían de AHMSA, ha reducido el consumo y desplomado los ingresos de comerciantes, prestadores de servicios, vendedores ambulantes y pequeños negocios familiares. El comerciante añadió que algunos productores rurales que surtían a los puestos de verdura están igual o peor. La sequía ha reducido la producción, encarecido costos y limitado el abastecimiento.

"Antes traían calabacitas, verdura fresca, lo que fuera. Ahora ni un bote de calabaza pueden traer porque no hay. No llueve y sin lluvia no sale la cosecha. Todo está muy duro", explicó.

La situación ha orillado a varias familias a abandonar sus negocios al no poder cubrir ni los gastos mínimos. La hija del comerciante, por ejemplo, dejó de acudir al puesto porque no puede pagar ayuda. "Si vendes 200 pesos y tienes que pagar 200 o 250 de apoyo, ¿qué queda? Nada. A veces salen con que se vendieron 200 pesos en todo el día. ¿Qué haces con eso? Es imposible sostenerse", lamentó.

 

Aunque el panorama sigue incierto, los comerciantes mantienen la esperanza de que diciembre pueda dar un respiro a las ventas. Sin embargo, reconocen que, mientras no se reactive la economía industrial de la región, la presión sobre los negocios locales continuará. "Nomás estamos subsistiendo. Ojalá Dios quiera que ahora lo último del año nos vaya tantito mejor. Pero la cosa sigue igual", concluyó.

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