El Alcalde Roberto Piña respaldó las acciones del padre Paulo Sánchez de la Parroquia del Verbo Encarnado.
Por: Staff / La Voz
FRONTERA, COAH.- En un gesto humanitario, el Ayuntamiento de Frontera brindó ayuda y atendió a cientos de migrantes que quedaron varados a la altura del ejido Bocatoche en Castaños en su paso rumbo a la frontera con Estados Unidos en busca del sueño americano.
Unidos como uno solo, autoridades municipales respaldaron las acciones del padre Paulo Sánchez, de la Parroquia del Verbo Encarnado que acudió hasta las vías ferroviarias para prestar ayuda a nuestros hermanos migrantes que luchan por lograr mejores condiciones de vida.
A través del DIF, Bienestar Social y Protección Civil y Bomberos, se atendieron a los cientos de niños, hombres y mujeres que viajaban en la bestia y que quedaron varados al ser bajados del tren que los conduciría a la frontera con Estados Unidos. Otro numeroso grupo decidió continuar su travesía caminando por la carretera 57 sin importar las inclemencias del tiempo.
Debido a las condiciones climáticas imperantes como la lluvia y las bajas temperaturas, se ofreció pan, leche, comida caliente, agua embotellada, pañales, ropa, zapatos y cobijas a las familias y grupos que se resguardaron por momentos en las orillas del riel.
El padre Paulo Sánchez, de la Parroquia Verbo Encarnado agradeció el gesto de las autoridades que encabeza el alcalde Roberto Piña Amaya, de quien destacó su pronta respuesta para ayudar a los migrantes.
La solidaridad llegó a cientos de niños, mujeres y hombres que agradecían el pan que se llevaban a la boca, mientras se subían al tren para continuar su recorrido.
Mientras, en el municipio de Escobedo, los cientos de migrantes fueron alcanzados por la caravana de ayuda a quienes ofrecieron cobijas, ropa y alimentos calientes así como agua y café.
Las condiciones en las que viajan los migrantes son difíciles y a ello se suman las bajas temperaturas que se han registrado en los últimos días, de ahí que el Ayuntamiento que encabeza el alcalde Roberto Piña y su esposa Claudia Martínez atendieron en forma inmediata a la caravana de gente como un gesto humanitario.