Por: Alondra Chavira
FRONTERA COAH.- La ciudad rielera hoy se encuentra de fiesta, hoy vuelve a vivir aquella máquina a vapor que se echaba andar con carbón, vuelve a revivir aquel pequeño pueblo de 35 manzanas, hoy vuelven a llegar aquellos que venían de Mazatlán y dijeron que esta era la Frontera; hoy se celebran 126 años de la fundación de la “Ciudad del Riel”.
Con gran alegría el presidente de asociación de cronista e historiador de Coahuila, Horacio Domínguez Lara recordó a aquel norteamericano de nombre John C. Hill representante de la nueva compañía de ferrocarril internacional que en 1883 solicitó a Monclova terrenos necesarios para el establecimiento de la red ferroviaria.
Monumento a la estación ferrocarrilera.
El 12 de Julio de 1883 queda debidamente armado el magnífico puente del río Sabinas, comienzan a pasar grandes maquinas con material para la construcción de la estación, la colonia Americana y los talleres de la compañía, para esos días, la instalación de la vía férrea ya estaba cerca a la estación.
Cantaban los gallos a las doce del mediodía cuando aparecía la maquina No. 63 de cuatro ruedas motrices, bellamente adornada con dos grandes banderas nacionales conducida por Henry Fisher, haciendo sonar sus campanas y su clásico silbido con su penacho de humo.
Casas estilo americano.
Al terminar con el cronograma de participaciones y reconocimientos, la compañía ferrocarrilera les ofreció comida a todo el aglomerado de personas de la estación, naciendo así un pequeño pueblo ferrocarrilero con el nombre de pueblo de San Francisco o Estación Monclova por pertenecer estos terrenos a las saca de San Francisco.
Como Dios les dio a entender entre 1884 y 1886 se inicia la construcción de algunas viviendas, sin ningún lineamiento urbano, por lo que las autoridades de Monclova solicitan a la comunidad de la Saca de San Francisco la donación de terreno para 36 manzanas y así desarrollar un pueblo debidamente trazado.
Así el 16 de marzo de 1893 que es considerada como la fecha de fundación ya que fue el primer reparto de 35 manzanas, con 100 metros por lado y calles, los propietarios donaron suficiente terreno para edificios públicos, escuelas, plazas, el escribano Melchor Sánchez levantó un acta notarial con carácter de fundación de Estación Monclova. Encargándose el ilustre profesor e Ing. Melquiades Ballesteros, de medir y planificar las 25 manzanas.
Antiguo Hotel Internacional.
El cronista mencionó que esta es la versión del nacimiento del pueblo de San Francisco, pero del nacimiento de Frontera no hay otra más que aquella que la gente adoptó, no se puede negar, ni corroborar, “es la historia que más le gustó al pueblo”.
Venían mazatlecos en aquel tren enorme, no como los de ahora, ese tren era una furia rodante, después de muchas horas de viaje al fin pudieron asomar ojo y vieron casas americanas, habitantes güeros y de ojos de color, el gran hotel internacional donde se hospedaban los visitantes que en su mayoría eran de otras partes del mundo.
Entusiasmados gritaron, “hemos llegado a la frontera compañeros, hemos llegado”, bajaron, al ver extranjeros por doquier, creyeron vivir en la frontera, por lo cual se denominó así a este municipio.